Cádiz CF

Penúltima contienda

  • Carlos Medina declara acusado de presuntos delitos de estafa y extorsión por los que Manuel Vizcaíno pide siete años de prisión

  • La fiscalía solicita la absolución en un juicio visto para sentencia

La guerra desatada hace un par de años entre el presidente del Cádiz, Manuel Vizcaíno, y Carlos Medina, periodista, director de la revista ¡Ese Cádiz... Oé! y apoderado de Locos por el Balón durante los primeros meses de irrupción de esa sociedad en el club, llegó ayer a su punto más álgido con la celebración, en la Sala Tercera de lo Penal de la Audiencia Provincial, del juicio, que quedó visto para sentencia, derivado de la querella que el actual mandatario de la entidad interpuso contra Medina, al que acusa de los delitos de estafa y extorsión, y por los que pide siete años de prisión (cuatro por el primero y tres por el segundo). Medina tuvo que declarar por esas acusaciones sentado en el banquillo. El ministerio fiscal, que en su momento se había postulado a favor del sobreseimiento de la causa, no cambió su postura y se pronunció ayer en pos de la absolución del acusado al no apreciar, durante la vista, ninguna variación que hiciera modificar su valoración. No ve delito por ningún lado.

Nunca se sabe qué deparará el futuro, pero si alguna vez hubo alguna remota de posibilidad de entendimiento, el paso de Vízcaíno de sentar en el banquillo a Medina, y de pedir siete años de cárcel para él, cierra las puertas a un hipotético reencuentro entre ambos en otro escenario más agradable. La ruptura es absoluta, como ayer quedó de manifiesto entre enemigos irreconcialiables. Estuvieron muy cerca el uno del otro, pero ni se miraron.

Los dos caminaron juntos en los primeros pasos de Locos por el Balón en el Cádiz. Medina fue quien representó a la firma en la compra de acciones subastadas por Antonio Muñoz el 3 de diciembre de 2013. Vizcaíno se unió después como, en ese momento, futuro dirigente del club y los dos convivieron en una tranquila transición hasta el epílogo de esa temporada, finalizada en junio de 2014. El sevillano se hizo cargo de la presidencia con el periodista ya sin las funciones de apoderado, volcado de nuevo al cien por cien en su labor periodística. El acusado recordó ayer los comienzos: "Vizcaíno es el último que llega, no iba a ser presidente del Cádiz. Diego García y yo íbamos al Consejo Superior de Deportes (CSD) a hacer los trámites. También fue Vizcaíno, que cometió un error y el CSD tumbó la propuesta de hacer presidente a Juan José Pina".

No tardaron en aparecer la desavenencias. Carlos Medina, entonces uno de los hombres fuertes de Quique Pina en Cádiz, empezó a mostrarse crítico con Vizcaíno en su revista y además fue contando los problemas entre el entonces presidente del Granada y el sevillano. Pina, en desacuerdo con la gestión, llegó a pedir en reiteradas ocasiones la marcha del presidente. Con el tiempo el vuelco fue tan radical hasta el punto de que Pina y Vizcaíno entablaron la paz a través de un contrato y Medina se sintió traicionado por el murciano, ahora consejero del Cádiz.

De hecho, Pina estaba citado ayer para ser testigo de Vizcaíno en el juicio hasta que la acusación le retiró esa condición y no fue necesaria su presencia.

La tensión entre Medina y Vizcaíno fue en aumento hasta que todo saltó por los aires y llegó a un punto de no retorno. Se convirtió en una guerra entre ambos y el presidente cadista emprendió la vía judicial contra el periodista al considerar que utilizaba su revista para cargar contra él con ataques personales debido a que el club había dejado de hacer al frente al pago mensual de 4.500 euros por dos contratos firmados: uno por el arrendamiento de un local (2.500) y otro por inserción de cuatro páginas del Cádiz (2.000) en la revista ¡Ese Cádiz... Oé!. Medina reiteró ayer en varias ocasiones que el Cádiz no le debía dinero a él sino a la empresa de su hija Elena, Elecaja.

"Por no pagarle te intenta destrozar la vida. No dormía la noche antes de que saliera la revista, había una presión constante a mí y a todo mi entorno, a mi familia. Nunca había pasado por esto. Tuve que ser atendido alguna vez. Su objetivo era cobrar". Quien se expresó ayer así fue Vizcaíno durante el juicio. "No se trata de lo que dice, sino que lo que dice es por intentar cobrar", añadió.

Carlos Medina aseguró ayer que en su revista "nunca se dañó a la familia de Vizcaíno, nunca se entró en temas personales". El ex apoderado señaló que "siempre he sido crítico con esta junta directiva y las anteriores". Es más, dijo que había criticado a Vizcaíno pero que también le había puesto en el apartado positivo en varios números de la revista. Defendió su derecho a ejercer la libertad de expresión. "Me siento coartado", alegó Medina, que considera que le quieren callar. "Nunca he querido entrar en ninguna guerra".

Una de las cuestiones era la ejecución de los contratos firmados y quién los incumplió. Medina dijo que a él nunca le pidieron, ni de manera verbal ni por escrito, las llaves del local arrendado, en el que se iban a hacer varios apartamentos para jugadores y técnicos. Nunca llegaron a hacerse obras.

"Se le dio sentido al contrato, hubo intención de ejecutarlo pero luego no se hizo", afirmó Vizcaíno. Reconoció que no sabe si se remitió algún documento para reclamar las llaves del local. Admitió que no sabe si el Cádiz como club se sintió extorsionado. "No lo sé. Yo sí personalmente. También me siento estafado". Tampoco recordaba que en los contratos había una cláusula por la cual la entidad cadista podía anularlos con un aviso de dos meses de antelación. "No lo recuerdo. El Cádiz no optó por esa opción". El Cádiz no aparece como querellante en una causa ejercida por el presidente.

El juicio quedó visto para sentencia. Pase lo que pase, el distanciamiento mantiene encendida la llama de la tensión entre dos personas que en un determinado momento coincidieron y colaboraron en el club y ahora no se pueden ni ver.

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