cádiz - barcelona b

Movimiento hacia la cima

  • Los amarillos, con seis bajas, subirán a plaza de ascenso directo si vencen al filial azulgrana

Departamento de infografía

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El último partido de 2017 que acoge el estadio Ramón de Carranza se abre paso en el calendario con sabrosos ingredientes que invitan al Cádiz a cocinar un plato con el que hacer disfrutar de una placentera cena a una afición que aguarda con expectación el encuentro contra el Barcelona B que alza el telón de la 19ª jornada de LaLiga 1|2|3, programado a partir de las nueve de la noche y ofrecido en directo por televisión a través del canal deportivo Gol, en abierto por la TDT.

No es una cita cualquiera. Además de los tres puntos de rigor, que no es poco, está en juego la opción de pisar de lleno uno de los dos picos de la cima. El conjunto amarillo, tercer clasificado con 32 puntos y con la moral por las nubes tras ganar 0-2 en Zaragoza el pasado fin de semana, afronta la posibilidad real de encaramarse a una de las dos plazas de ascenso directo. Si bajo el cielo oscuro que reina en la capital gaditana se impone a las jóvenes promesas azulgranas -inquilinas del 17º puesto con 20- accederá como mínimo a la segunda posición porque se beneficiará del resultado que se dé en el enfrentamiento entre el Huesca y el Lugo, actuales dominadores del campeonato, ambos con un solo punto más que los de Álvaro Cervera. Un triunfo hoy dejaría a Cádiz al frente de la tabla hasta al menos el domingo e incluso agarraría el liderato a la conclusión de la jornada si dentro de un par de días se produce un empate en El Alcoraz. El objetivo es acercarse todavía más a la permanencia -los famosos 50 puntos como meta prioritaria- sin salirse del discurso oficial que emana del club desde el comienzo de curso, pero sin renunciar al caramelo goloso de poder ocupar uno de las plazas de mayor privilegio y hacer soñar a la parroquia cadista con un duelo no lejano contra el primer equipo del Barcelona.

La humildad y la ambición caminan de la mano en una plantilla que sabe que debe ir paso a paso para ir cumpliendo retos, siempre con la premisa del máximo esfuerzo desde el pitido inicial hasta la última acción del encuentro. La intensidad es materia innegociable. Con ella de fiel acompañante ha llegado hasta la sala noble, de la que ya no quiere salir en una competición en la que la igualdad está grabada a fuego. Para ello necesita batir a un rival que llega con la necesidad de puntuar para tratar de alejarse de los peligrosos escalones del descenso -sólo dispone un punto de margen sobre el 19º-.

La motivación no puede ser mayor para un equipo lanzado, el gaditano, que persigue sin respiro su séptima victoria liguera consecutiva después de haber tumbado, por este orden, al Almería, Reus, Sporting de Gijón, Real Valladolid, Albacete y Real Zaragoza después de romper una racha de ocho choques seguidos sin ganar. Si hoy es capaz de prolongar su dinámica exitosa, igualará el récord de triunfos seguidos en la historia del club en Segunda División A, que se remonta a la temporada 2004/05 con Víctor Espárrago en el banquillo, la del último salto a la élite del fútbol español, en la que sólo duró una campaña antes de volver a la realidad.

Un triunfo esta noche reservaría alguna recompensa más. Llevaría a los anfitriones hasta la apreciable cifra de 35 puntos y rebasarían en dos los 33 que sumó en toda la primera vuelta del pasado ejercicio cuando en el presente aún restarían dos envites más para alcanzar el ecuador. La oportunidad de mejorar los números está al alcance de la mano.

Pero hay más. Si además logra dejar una jornada más la portería a cero, conseguirá encadenar nada menos que ocho partidos sin recibir un solo tanto -lo hizo ante el Rayo Vallecano (0-0) y frente a los otros adversarios a los que derrotó- y establecería en ese apartado la mejor racha de la entidad en la categoría de plata. No es tarea fácil mantener el arco intacto ante un rival que posee dinamita en un ataque liderado por José Arnaiz -ex del Valladolid- y Choco Lozano -el pasado curso en el Tenerife-. Uno de las claves de la excelente trayectoria de los amarillos es su empeño en no recibir goles. Es el equipo menos batido de Segunda A con sólo diez tantos -sólo cuatro en casa- y en las 18 jornadas dejó su portería a cero en nada menos que en 12 ocasiones. Toda una demostración de solidez que hoy quiere mantener como base sobre la que cimentar la consecución de tres puntos que vuelven a ser de oro.

Arropado por una ilusionada hinchada en su papel de jugador número 12, el Cádiz pretende consolidar el Carranza como un auténtico fortín -triunfo en los últimos tres compromisos-. Comparece al calor del hogar con seis bajas, entre ellas la de uno de sus lugartenientes, José Mari, que ya no podrá pisar el césped hasta 2018 después de caer lesionado de su rodilla derecha en La Romareda tras sufrir una escalofriante entrada de Papu en el primer minuto. La ausencia del roteño es un serio inconveniente para un equipo que, sin embargo, se aferra al trabajo colectivo para superar los obstáculos. Tampoco llegan a tiempo Abdullah, Rober Correa, Carpio, Sankaré y Alberto Perea. En total, seis bajas que no reducen las ganas. El bloque es lo que prima. La convocatoria diseñada por Cervera está compuesta por 20 jugadores, los 19 disponibles de la primera plantilla y la novedosa presencia del medio canterano Jordi Tur. Los citados por el preparador cadista son Alberto Cifuentes, Rubén Yáñez, Servando, Marcos Mauro, Iván Kecojevic, Mikel Villanueva, Brian Oliván, Lucas Bijker, Jon Ander Garrido, Álex Fernández, Jordi Tur, Salvi, Nico Hidalgo, Moha Traoré, Aitor, Álvaro García, Rubén Cruz, Dani Romera, David Barral y José Ángel Carrillo.

Las bajas en la medular impiden al míster desplegar un trivote y las incógnitas emergen en el eje de la zaga y en la delantera al tener que desenvolverse con dos puntas. En principio, Cifuentes continuará una semana más en la portería, protegido en los laterales por Servando y Lucas Bijker, con Marcos Mauro, Kecojevic y Villanueva como candidatos a ocupar las dos plazas de central. Garrido y Álex apuntan a la medular flanqueados en las bandas por Salvi y Álvaro García. Si la solución del técnico es colocar de entrada dos arietes, entre Barral, Romera y Carrillo se repartirían los puestos. No es descartable que Cervera se decante por Rubén Cruz o incluso por Aitor.

Los 12 puntos de distancia entre amarillos y culés no reflejan la diferencia real entre dos conjuntos que aplican filosofías de juego opuestas. Los visitantes derrochan calidad y tienen pegada, aunque como todo filial la falta de experiencia les lleva a cometer errores defensivos. Los locales deberán andarse con ojo para frenar las cualidades que atesoran los jóvenes dirigidos por Gerard López y aprovechar sus debilidades.

En la última victoria (2-1) ante el Sporting de Gijón, el filial azulgrana se sacudió de las urgencias acumuladas tras concatenar ocho jornadas sin conjugar el verbo vencer y se reencontró con el gol, una de las carencias que había acusado en esa racha negativa.

Carles Aleñá y José Arnaiz, los máximos goleadores de cuadro catalán, ambos con seis tantos, volvieron a ver portería y consiguieron una victoria balsámica con la que el Barca B confía en recuperar la regularidad tras un inicio de temporada con demasiados altibajos. Los dos lideran hoy a un equipo que aterriza en el Carranza con la autoestima reforzada. El técnico del conjunto culé, Gerard López, no puede contar con Vitinho, aquejado de molestias en el pubis, aunque recupera a Marc Cardona, que recibió el alta médica de la lesión que le impidió entrar en la convocatoria ante el Sporting y forma parte de la expedición que se desplaza a territorio gaditano.

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