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Gloria del pasado en el Nuevo Arcángel

  • Dani Navarrete y Manolo de Gomar rememoran la última victoria liguera del equipo amarillo en Córdoba gracias a sus goles hace ya 12 años, la temporada del inolvidable ascenso a Primera en Chapín

El Cádiz consiguió su última victoria de la competición liguera de Segunda División en Córdoba en el encuentro de la 14ª jornada de la temporada 2004-05, de inolvidable recuerdo porque concluyó con el anhelado ascenso a Primera en Chapín. 12 años después, Dani Navarrete y Manolo de Gomar rememoran aquel triunfo en el fueron principales protagonistas como autores de los goles amarillos.

El centrocampista de Terrassa, que salió como titular en el once dirigido por entonces por el uruguayo Víctor Espárrago, marcó el 0-1 en el minuto 25. "Guardo muy gratos recuderdos de mi paso por el Cádiz, de esa temporada en particular y también de ese partido en concreto", apunta, destacando el calor de la afición que se desplazó, "para quitarse el sombrero". "Fuimos a por la victoria desde el primer minuto, en una jugada a balón parado abrí el marcador y a partir de ahí nos crecimos. Al final, De Gomar en una contra sentenció", detalla.

El barcelonés señala como claves de aquella campaña, "en la que con un equipo para salvarse al final se ascendió", la fe de la plantilla. "La gente se lo creyó, tenía hambre. Había muchos jugadores jóvenes, todos luchábamos para todos, y surgió así. Fue un sueño que todos soñábamos y que se hizo realidad", afirma.

A sus 40 años, Navarrete, que se marchó al finalizar esa campaña y se retiró en 2011 sin llegar a debutar en Primera, vive hoy en día en Suiza pero desde la distancia sigue al Cádiz. "El otro día vi el partido de Tarragona. Cada vez que puedo me gusta verlo por la tele", reconoce. Continúa vinculado al fútbol, no en vano dirige como segundo al FC Dielsdorf y, a la espera de integrarse próximamente en las categorías inferiores del Zurich, estudia para sacarse el carnet de entrenador profesional. "Aquí es más difícil que en España, necesitas seis o siete años, pero mi intención es seguir vinculado al fútbol, es lo que me gusta, lo que siempre he hecho", concluye.

Por su parte, el delantero conileño saltó al campo sustituyendo a Oli en el minuto 59 y marcó el tanto de la sentencia, el 0-2, cuando el partido agonizaba, en el minuto 93. "El primer recuerdo que se me viene a la cabeza es la grada llena de cadistas arriba", confiesa. "Salí en segundo tiempo porque Oli se hizo una brecha en la cara y gocé de varias oportunidades, sobre todo dos claras, antes de aprovechar la tercera para meterla", explica el ya ex futbolista jandeño, que ese curso anotó dos tantos, el primero de ellos precisamente "la semana anterior contra El Ejido".

Como no podía ser de otra forma, De Gomar guarda en la memoria el colofón de la campaña como lo que fue, "un año espectacular". "Éramos un equipo hecho para mantenerse pero con un grupo muy bien trabajado por Víctor; después las cosas salieron rodadas y también tuvimos un pelín de suerte. Fue un gran año", resume.

Por desgracia, en la siguiente temporada no pudo disfrutar el salto de categoría. "Sabía que era difícil seguir en la plantilla, había jugado poco y no pude quedarme", razona. Eso sí, nadie le quita lo bailado: "Me quedo con el logro del ascenso".

A punto de cumplir 32 años, Manolo de Gomar hace más de tres que se retiró. Siendo cadete apuntaba muy, muy alto y al final también resultó prematuro su adiós. "Empecé a entrenar con el primer equipo siendo muy joven, pero siempre digo que hay que estar en el momento y en el sitio. Tras irme cedido al Girona regresé pero el año del ascenso no jugué lo suficiente y en vez de salir a un Segunda tuve que marcharme a un Segunda B", lamenta.

En efecto, Rayo, Ceuta, Los Barrios, Roquetas (casi cinco temporadas), Salamanca y UCAM se convirtieron en sus destinos, asentado en la categoría de bronce, antes de colgar las botas "por un problemilla con mi representante y algo quemado del fútbol", también por la lacra de los impagos más allá del balompié profesional.

Afincado en Murcia, De Gomar, como buen cadista, sigue la actualidad del equipo de su tierra. No pudo ir a Alicante, muy cerquita, porque ese fin de semana precisamente bajó a Conil, pero vivió con intensidad la fase de ascenso, "espectacular", y lo que está viendo en lo que va de Liga le convence. "El equipo está muy bien trabajado, aprovechando lo que tiene, a Salvi y Álvaro, dos puñales, y al mejor delantero de la categoría, Ortuño. Está bien trabajado defensivamente y aprovecha sus oportunidades", concluye, admitiendo, en comparación con la temporada 2004-05, que "una buena racha te mete arriba, pero no hay que olvidar que el objetivo es la permanencia. Nosotros sabíamos que el objetivo era salvarnos, aunque luego las cosas fueron rodadas".

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