Mal día para dejar de sentir. Buen día para aprender a valorar. El cadismo se dio ayer un baño de nostalgia con epicentro en el Baluarte de Los Mártires. Y el marco incomparable fue finalmente la fotografía que se hicieron para la posteridad los aproximadamente cien protagonistas que festejaron por todo lo alto el día grande del Centenario del club amarillo, dirigido en su organización por Juan Manuel Camacho. Los cien de los cien. El Cádiz de ayer y el Cádiz de hoy, el Cádiz inmortal que suda, sangra y llora como cualquier mortal, vivió una inolvidable jornada de convivencia desde primera hora de la mañana que acabó uniendo las copas de cava en un único brindis: que, contra viento y marea, se siga haciendo historia.

El documental Corazón amarillo, realizado para la conmemoración de la efeméride por TMedia Solutions, abrió los ojos y las bocas de los presentes. Imágenes de todos los momentos mágicos del cadismo, de casi todos, sirvieron de presentación entre unos y otros. Así, de esta manera tan natural, Machicha conoció a Dertycia y Carvallo tuvo el placer de saber quién es Oli. El resto de encuentros y reencuentros fue sólo cuestión de tiempo.

Muchas presentaciones, con Luis Escarti como batuta del saludo. Y muchas chispas en las miradas. Raúl López, Jose González, Roberto Suárez... las manos en las que están las riendas del equipo a día de hoy tranquilizaron a la familia cadista; se dará todo y se puede soñar con el ascenso. Para cumplir los sueños, eso sí, hay que estar despierto. Muy despierto.