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Cadismo que nunca muere

  • Lolo Armario busca afianzar su mejor versión en un club con aspiraciones

Lolo Armario (d) protege el balón en un partido con el Marino, su último equipo.

Lolo Armario (d) protege el balón en un partido con el Marino, su último equipo.

El fútbol es tan caprichoso como incomprensible en muchas ocasiones y un buen ejemplo lo representa Manuel Jesús Armario Roso, Lolo Armario. Un perfil de futbolista exquisito que llegó a debutar en el primer equipo del Cádiz con apenas 20 años. Jugador elegante, amante del toque y el hueco imposibles, pero tildado de poco contundente e intermitente. Era su cartel mientras vistió de amarillo. Una imagen que queda lejos después de su buen rendimiento en el fútbol noruego, en el alemán y en otros equipos españoles. La mejor versión de Lolo Armario ha vuelto... para quedarse.

Entrenadores que le dirigieron en la cantera cadista hablaban de él desde la plasticidad de su estilo, su zurda privilegiada y su enorme visión. "Si quiere... será un jugador de otra dimensión", decía más de un técnico. Quizás este gaditano noble no tuvo suerte ni 'padrino'. Quizás le faltó 'mala leche' bien entendida y poner mayor 'testiculina' sobre el césped jugando y entrenando. Quizás faltó paciencia para marcarle el camino en una cantera que ya entonces, hace seis años, estaba herida de muerte.

Vidakovic le hizo debutar en el Trofeo y en la Copa del Rey de la temporada 2010-11. Carranza vio magia en Lolo Armario, algo distinto en sus botas que encendió la luz del entusiasmo por un buen futbolista de esta tierra. Ese anhelo se fue apagando un poco por culpa de todos.

Hoy, a sus 27 años, Lolo Armario sigue jugando. Gustando a los amantes de su clase y habiendo ganado terreno 'al otro fútbol', el de fajarse sin miedo y trabajar por y para el equipo. Écija Balompié (en Segunda B y Tercera), Noruega, Alemania y el Marino de Tenerife han sido sus destinos. Y apunta a la península, donde maneja ofertas de Segunda B y de varios gallitos de Tercera. Además, la Segunda B de Italia y la Segunda de Polonia han llamado a su puerta pero... "En esta ocasión quiero quedarme en España. Tengo cosas del extranjero pero no me las planteo aún", expone Lolo Armario, sabio en sus palabras, prudente sobre su futuro. Tras salir del Cádiz ha sido fijo en sus diferentes equipos. "He jugado en todos los clubes a los que he ido. En el Marino nos quedamos a las puertas del play-off y fui el segundo jugador del grupo con más minutos".

Está convencido de que ha cambiado y que hoy es más futbolista. "Tengo más experiencia y la lectura que hago de los partidos es más adecuada. No me asusta echarme el equipo a la espalda", unos conceptos que a lo mejor han llegado algo tarde para unirse a su calidad innata de siempre. "Me faltó continuidad y suerte en mi etapa en el Cádiz. Necesitaba partidos. Pero no guardo rencor a nadie; para nada. Al Cádiz le deseo lo mejor porque soy cadista ahora en activo y seré cadista cuando me retire". Palabras de un gaditano trotamundos que sigue acariciando el balón desde el prisma de un modesto.

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