Pese a la dinámica positiva del Cádiz en las últimas jornadas, Brian Olivan reconoció ayer, en su comparecencia ante los medios a la conclusión de la sesión preparatoria llevada a cabo en la Ciudad Deportiva de El Rosal, que el partido del pasado domingo en el Martínez Valero debe servir para reflexionar y aprender porque "aunque logramos los tres puntos, hicimos cosas que no estaban bien en el campo". "No podemos echarnos flores por el triunfo y sí corregir errores", confesó, añadiendo que "sabíamos que el Elche era muy difícil y que iba a costar. Sacamos nuestro orgullo y tuvimos esa pizca de suerte para lograr tres puntos importantes".

Tras destacar que está en un buen momento de forma -"entreno y juego para hacerlo lo mejor posible para ayudar al equipo", dijo-, el catalán admitió que "en el equipo entra confianza al ganar sin jugar bien del todo", y recordó que "ahora vienen dos partidos consecutivos en casa y los rivales saben que el Carranza es un campo difícil".

Preguntado por la cercanía del objetivo de la salvación, Brian insistió en que la mentalidad del entrenador y del grupo en general es la de pensar únicamente en el próximo encuentro. "El Valladolid es un equipo difícil y bien trabajado. Seguro que será un partido complicado y bonito a la vez. Somos un equipo humilde y siempre tenemos la misma idea en la cabeza, que es hacer nuestro juego para llevarnos los tres puntos".

Afirmó, no obstante, que "en nuestra cabeza está lograr los 50 puntos lo antes posible y a partir de ahí mirar otras cosas, porque obligatoriamente tiene que ser así".

Por último, sobre su pasado en las filas del conjunto de Pucela, el defensa se limitó a explicar que hace tiempo jugó "con el filial y algún partido con el primer equipo. No tengo mucho más que decir, ahora estoy en el Cádiz y estoy feliz".