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Aitor, el mágico desatascador (1-0)

  • Un golazo por la escuadra del onubense en la recta final deja los tres puntos en casa en un partido con pocas ocasiones que el equipo amarillo afronta con un hombre menos durante 36 minutos por expulsión de Sankaré

Ortuño salta a la vez que el portero del Almería para intentar cabecear el balón.

Ortuño salta a la vez que el portero del Almería para intentar cabecear el balón. / joaquín pino

La suerte que le faltó al Cádiz en el choque contra el Real Valladolid le sobró ayer para obtener una victoria de valor incalculable. El equipo amarillo, con un jugador menos desde el minuto 54 por expulsión de Sankaré, estaba contra las cuerdas ante un Almería crecido y, cuando el empate a cero parecía el mejor tesoro posible, apareció Aitor para sacar de la chistera un auténtico golazo que dejó los tres puntos en casa ante un rival que no mereció la derrota.

Los partidos se resuelven a menudo por pequeños detalles. Corona tuvo el gol para el Almería en el arranque de la segunda parte pero su cabezazo se fue al palo. En la recta final, Aitor protagonizó el primer y único disparo a puerta de los anfitriones, en una acción aislada, y fue para dentro. Por la escuadra. Esas dos jugadas resumen el estado de uno y otro equipo. Al Almería no le sale nada y está hundido en la clasificación. Al Cádiz le bastó un tiro para amarrar tres puntos con los que acercarse más a la permanencia y de paso hacerse aún más fuerte en la zona de promoción de ascenso a Primera. No hay mejor manera de huir del descenso que vivir en la zona de arriba. Y soñar, que no es poco.

La fortuna se alió con un equipo amarillo que trabajó lo indecible para ganarse a pulso la recompensa. Y ello pese a que dos de sus pilares, Sankaré y Ortuño, no tuvieron su día. Pero lo colectivo está por encima de lo individual aunque siempre tiene que brotar un destello, en este caso el de Aitor. No es la primera vez, ni será a última, que el de Gibraleón fabrica un tanto como el de ayer. Ya ejerció de desatascador ante el Alcorcón, antes había acertado contra el Getafe, después en Córdoba. Con goles de bella factura desde el banquillo.

No fue ni mucho menos el mejor partido del Cádiz, que pasó de una primera decente, con posesión del balón aunque sin profundidad, a una segunda grisácea que suplió con orgullo en un duelo de desmesuradas precauciones y escasas ocasiones. Apenas llegó a puerta el cuadro local, espeso en ataque pero eficiente al máximo al exprimir al máximo su primer lanzamiento entre los palos.

Álvaro Cervera, que cumplió en la grada su cuarto y último partido de sanción, apostó por el once tipo que emplea en tiempos recientes, con el bloque habitual, incluido el regreso a la medular de Jon Ander Garrido, Nico Hidalgo en el extremo derecho y Rubén Cruz una vez más en tres cuartos como enlace entre la media y la delantera.

Les costó entrar en materia a dos contrincantes más atareados en labores defensivas que ofensivas. Álvaro García no tardó en soltar el primer chispazo con un centro al interior del área (minuto 5) que obligó a Casto a despejar de puños. Los visitantes apenas aparecían arriba salvo concesión de los locales. En el 10, Alberto Cifuentes atrapó si dificultades un flojo disparo lejano de Chuli tras un error de un inseguro Sankaré.

El Cádiz intento tomar por derecho las riendas del partido. No era nada fácil ante un adversario encerrado en su parcela empeñado en dejar sin espacios a los anfitriones. Y espacio de sobra son conocidas las limitaciones de un equipo amarillo que pese a ello trató de combatir sus carencias con voluntad y con Abdullah como director de orquesta, obligado a bajar en exceso atrás para hacerse con el esférico.

La aproximación más peligrosa llegó cuando Álvaro García encontró metros por delante. En el 15 se escapó por velocidad por la banda izquierda y su servicio medido al corazón del área dejaba solo a Ortuño delante de Casto, que se adelantó y evitó el remate del murciano en una posición inmejorable.

En un duelo de excesivo rigor táctico, acercarse a la portería contraria se había convertido en casi un milagro. Demasiado respeto entre dos rivales que por encima de todo no querían perder. Si además sonaba la flauta, mucho mejor.

El Almería se estiró con timidez y cuando lo hizo consiguió armar alguna contra de mérito el Cádiz, como en el minuto 34, cuando un nuevo centro de Álvaro García lo despejó el ex cadista Nano justo antes de que Nico Hidalgo definiese a puerta vacía. Fue sin duda la ocasión más clara de una primera parte de la que los gaditanos se marcharon sin haber logrado poner la pelota entre los palos. El atasco en ataque fue absoluto a la espera de la segunda mitad. Los rojiblancos se defendieron con orden y cuando los locales dispusieron de su oportunidad no la aprovecharon, como Rubén Cruz con un tiro raso en el 36 que salió desviado cerca de un poste.

El empuje de los locales no dio para derribar la muralla almeriense y la resolución quedó pendiente para el tramo definitivo. La misión no se presentaba nada sencilla para un Cádiz enredado en la telaraña tejida de manera eficaz por los hombres entrenados por Fernando Soriano.

En la reanudación, el Cádiz salió en cuerpo pero se dejó el alma en el vestuario. Tan atontado comenzó que el Almería estuvo a muy pocos centímetros de cobrar ventaja en el marcador con un cabezazo de Corona que se estrelló contra un poste en la primera acción del segundo acto. La suerte fue que el cuero salió despedido hacia fuera.

El Cádiz no se enteraba de nada. Como si estuviese viendo el partido por la tele. El cuadro mediterráneo imprimió más intensidad y empezó a mostrarse superior. Para colmo de males, Sankaré culminó su noche aciaga al ser expulsado en el 54 después de ver la segunda cartulina amarilla.

Todo se torció en menos de diez minutos. Los amarillos, desnortados, tuvieron que afrontar la parte más importante con un jugador menos. Lo único positivo, a esas alturas, es que al menos conservaba un empate que no le iba mal del todo. La roja al senegalés propició la entrada de Servando por Nico Hidalgo. El isleño cubrió plaza en el eje de la zaga y Rubén Cruz cayó al costado derecho- Y Ortuño, como una isla en punta y haciendo la guerra por su cuenta hasta que fue relevado por Aitor a falta de 20 minutos para el final. El onubense se hizo cargo de la izquierda, Álvaro García pasó a la derecha y Rubén Cruz se colocó como hombres más adelantado.

El Almería no dudó en irse arriba en busca del premio mayor ante un cuadro local demasiado atrás. No había más dueño del partido que el equipo visitante, siempre ordenado y con más talento sobre el césped tras el ingreso de Pozo.

El Cádiz había desaparecido de medio campo hacia delante pero en realidad no estaba muerto. Cuando peor estaban las cosas, en el 83 emergió la figura de Aitor con uno de esos golazos que de vez en cuando acostumbra a inventarse. Álvaro García centró al área y el balón llegó a Rubén Cruz, que cedió al onubense y él hizo el resto. Controló, se acomodó el cuero a su lado bueno y sacó un disparo con la bota derecha, suave y colocado a la escuadra, lejos del alcance de Casto. Un golazo a sangre fría que tumbó a un rival depresivo. Álvaro García tuvo el segundo en sus botas pero dos zagueros lo impidieron. Hubiese sido un premio excesivo.

Cifuentes H

Carpio HH

Aridane HH

Sankaré l

Brian H

Garrido H

Abdullah H

José Mari 86' s.c.

Nico Hidalgo H

Servando 57' H

Álvaro García HH

Rubén Cruz H

Ortuño l

Aitor 71' HH

Casto H

Isidoro H

Morcillo H

Joaquín Fdez. H

Nano H

Borja Fdez. H

Fran Vélez H

Pape Maly 58' H

Corona H

Pozo 73' H

Fidel Chaves HH

Javi Álamo H

A. Puertas 68' H

Chuli H

González Fuertes (asturiano).

Rojas Expulsó al local Sankaré por doble amonestación (43' y 54'). Amarillas Abdullah (62') por los anfitriones y Morcillo (30'), Borja Fdez. (32'), Fidel Chaves (44'), Fran Vélez (47'), Nano (88') y Vhuli (92').

1-0 (83') Aitor El onubense recibe el balón dentro del área y lanza un disparo colocado que se cuela por la escuadra.

Encuentro correspondiente a la 22ª jornada del campeonato nacional de LaLiga 1|2|3 disputado en el estadio Ramón de Carranza en presencia de 10.890 espectadores, según la cifra facilitada por la entidad cadista

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