Entre el 2 y el 30 de septiembre, el calendario oficial se aprieta de tal manera que el Cádiz disputará, en un periodo de 29 días, un total de siete encuentros: cinco encuadrados dentro del campeonato de Liga y dos pertenecientes a la Copa del Rey. Todo un maratón que supone una media de un partido cada cuatro días en la recién estrenada temporada, que arranca a un ritmo de vértigo. Máxima exigencia desde el primer movimiento del balón en una campaña eterna para los 22 clubes de Segunda División A que se prolonga hasta junio de 2018.

No le ha ido mal al equipo amarillo en sus tres citas iniciales de septiembre, solventadas todas con victorias (0-1 en el campo Lugo y 2-0 contra el Nástic en casa en la Liga y entre medias 1-0 al Almería en la Copa también en el Ramón de Carranza) en un trío de citas desarrolladas en un corto espacio de una semana. Tras un breve respiro después del triunfo sobre el conjunto catalán -hay nueve días de margen entre ese compromiso y el duelo en el terreno del Real Oviedo-, el Cádiz se prepara para afrontar la segunda etapa montañosa que le aguarda entre el próximo domingo y el siguiente, con la disputa de otros tres partidos en una semana. El primero, en el estadio Carlos Tartiere. El segundo, el miércoles 20 contra Osasuna en el torneo copero. El tercero, frente al Numancia de nuevo en la Liga. La fortuna es que esos dos últimos se dirimen en el estadio Ramón de Carranza y por tanto el Cádiz se libra de tener que hacer desplazamientos largos. Seis días después, el 30, los gaditanos acabarán el mes con un envite contra el Lorca en territorio murciano.

Los amarillos llegan al ecuador del maratón de septiembre en su momento más dulce de los últimos tiempos. Hace más de 12 años que no disfrutaban del liderato en Segunda División A, al que se auparon en la cuarta jornada y que empezarán a defender en el Principado de Asturias.

La Liga es la prioridad absoluta y ante tanto partido en pocos días las rotaciones llaman a la puerta. El entrenador, Álvaro Cervera, tiene pensado repartir minutos entre todos los jugadores disponibles. Los fines de semana están reservados para los teóricos titulares a día de hoy, los hombres que más cuentan para el técnico en el sprint inicial de la actual campaña. El duelo de Copa será el turno de los menos habituales, que tendrán la oportunidad de reivindicarse, como ya hicieron frente al Almería el pasado día 8.

Pero la felicidad no es completa en el plano deportivo. Los planes del míster se pueden ir al traste a causa de las lesiones. La enfermería, lejos de vaciarse, está más llena que nunca hasta el extremo de que puede llegar a ser complicado elaborar una convocatoria de 18 jugadores para el duelo contra el Real Oviedo. Y es que hasta ocho futbolistas no trabajaron ayer con el resto del plantel arrastrados por problemas físicos de diversa índole. A las ausencias habituales de Sankaré y José Mari -en proceso de recuperación de sus respectivas lesiones- se unieron ayer las de Álvaro García y Dani Romera, que ya no habían podido ejercitarse con normalidad el miércoles. El utrerano tuvo que retirarse en los minutos finales del partido contra el Nástic de Tarragona tras sufrir una dura entrada y, salvo que pueda entrenarse con normalidad hoy y mañana, todo apunta a que se quedará en tierra y no podrá participar en la quinta jornada con vistas al envite copero y a la cita ante el Numancia. El 11 del conjunto amarillo, renovado hasta 2022, demostró ante el Nástic el papel desequilibrante que ejerce con sus galopadas por velocidad. Marcó un golazo, el mejor de la cuarta jornada de LaLiga 1|2|3, y su ausencia restaría potencial a un equipo que si presume de algo es de su funcionamiento en bloque. El Cádiz ganó en Lugo sin el concurso de Álvaro.

Salvi y Marcos Mauro, titulares en los albores del curso tampoco, se ejercitaron con el grupo, quizás por precaución por alguna molestia. En el caso de que el sanluqueño no pudiera estar disponible para vestirse de corto en el Carlos Tartiere, el Cádiz se presentaría sin sus dos puntales que sobresalen por su rapidez.

Alberto Perea prosigue con su puesta a punto -la operación de apendicitis a la que fue sometido a finales del pasado mes de julio frenó en seco su pretemporada- y Rubén Cruz, en principio ya restablecido de una rotura fibrilar -sufrida en el Trofeo Carranza- que le ha impedido debutar esta temporada, trabajaron aparte y en principio no están para jugar 90 minutos debido a su falta de ritmo. Lo tienen difícil para viajar a territorio asturiano este fin de semana.

Y para colmo, Carpio sufrió molestias ayer en una pierna que le impidieron terminar la sesión y la incógnita es si hoy podrá emplearse con normalidad.

Hay muchos jugadores que están entre algodones y en función de su estado los planes variarán en mayor o en menor medida. Las rotaciones dependen del estado físico de los futbolistas y quizás haya jugadores que no tengan margen para el descanso.

La idea es que en el choque copero contra Osasuna se estrenara de manera oficial Mikel Villanueva y quizás también Alberto Perea si ya ha cogido el ritmo de competición adecuado. En el caso de que Marcos Mauro no esté al cien por cien, el defensa venezolano podría adelantar su debut al encuentro contra el Real Oviedo. Rober Correa, Kecojevic, Lucas Bijker, Nico Hidalgo, Carrillo están llamados en teoría a formar parte de la alineación en la cita copera pero quizás alguno entre de inicio el domingo en el partido del torneo de la regularidad. Todos los integrantes del plantel son importantes, y más ahora cuando se acumulan los pacientes en la enfermería. Cervera da vueltas al rompecabezas para encajar las piezas de la mejor manera posible siempre con el objetivo de desplegar un equipo competitivo. Si se acumulan las bajas, su plan de rotaciones quedaría cercenado en buena parte y varios futbolistas podrían sufrir el desgaste de tener que jugar en Liga y Copa sin posibilidad de reposo. No está teniendo suerte el Cádiz con las lesiones en el inicio de la temporada.