Cádiz

El último año de Araujo como párroco

  • El sacerdote se jubila en 2009 y en el Obispado buscan ya un sustituto

La consolidación de la iglesia de la Divina Pastora será uno de los últimos hechos que el actual párroco vea en su actividad pastoral. José de Araujo abandonará su labor al frente de los dos templos de la calle Sagasta (San Lorenzo y La Pastora) dentro de un año, cuando le llegue la edad de su jubilación.

Hace unos días, el párroco celebraba con sus feligreses y con los cofrades de las cuatro hermandades radicadas en San Lorenzo (Las Penas, Descendimiento, Servitas y Afligidos, que precisamente estaba entonces de cultos) sus 74 años de vida. Una edad que marca el final de su actividad sacerdotal, ya que es irrevocable la jubilación a los 75.

Será el 21 de febrero de 2009 cuando José de Araujo cumpla esa edad. Y, por tanto, cuando cese de sus obligaciones y responsabilidades al frente de la parroquia de San Lorenzo y la Divina Pastora (que él unió en una sola), dando el relevo a un nuevo párroco.

El Obispado no ha tomado aún la decisión sobre el sustituto de Araujo, pero sí que ha iniciado ya los sondeos y análisis para elegir al sacerdote oportuno. Con doce meses de antelación, en la diócesis ya tienen claro quién debe ser el nuevo párroco de San Lorenzo, aunque a ese sacerdote aún no le han puesto nombre. Es decir, que tienen perfectamente definido cuál debe ser el perfil de la persona que sea enviada al frente de los dos templos de la calle Sagasta.

Según ha podido saber este periódico por fuentes del Obispado, el nuevo párroco debe ser un sacerdote con cierta experiencia en el ejercicio de su actividad pastoral. Preferiblemente, se optaría por una persona de alrededor de cuarenta años, no por alguien demasiado mayor o que lleve pocos años en el sacerdocio (con esta premisa se descartarían algunos nombres que han sonado en los últimos meses, y que correspondían a sacerdotes muy jóvenes).

Este párroco, además, debe tener otra virtud (que está en el término medio): no debe ser cofrade, al mismo tiempo que tampoco tiene que ser contrario a esta importante manifestación de fe en Andalucía. Este criterio responde a la concurrencia en San Lorenzo de cuatro hermandades, con las cuales el Obispado no quiere que haya mala relación, pero tampoco que haya una vinculación demasiado estrecha, con lo que podría peligrar las otras actividades de la parroquia.

El que sea nombrado párroco de San Lorenzo deberá también activar algunas áreas que el Obispado quiere potenciar tras la marcha de Araujo, como es la labor catequética con los niños y jóvenes de la zona. Pero todo eso será, como mínimo, dentro de un año.

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