Cádiz

El tramo marino del Puente sale a la superficie

  • Tras una compleja operación, el gigantesco recinto estanco que permitirá construir la torre que se erigirá en aguas de la Bahía ha quedado colocado sobre los cimientos

La Casa de Viudas cabría holgadamente en el cajón estanco que ayer recorría un kilómetro de Bahía para situarse sobre los cimientos submarinos la gran torre marítima del puente, la pila doce. El cajón mide 48 metros por 52, tiene nueve metros de altura y pesa 1.200 toneladas. Para fabricarlo ha hecho falta más de entre siete y ocho meses de faena. Para trasladarlo por mar han sido necesarias dos enormes grúas marítimas (cabrias) holandesas, las Talkfit 6 y 7 -la última es la que se encargó de sacar a flote el New Flame en Algeciras-. Estas grúas de 1.200 toneladas cada una actuaron junto a una pontona que las unía y con la ayuda de dos remolcadores pudieron realizar la complicada y estudiada maniobra.

Ayer por la mañana ya estaba la primera grúa en su lugar, junto a la pontona, y la plataforma anclada a ella. Sobre la una de la tarde atracaba en el muelle de Dragados la segunda grúa, tomaba posición y enganchaba el cajón estanco. Doce ingenieros y cuarenta trabajadores velaban por la buena marcha de la operación de mover una mole donde podrán trabajar simultáneamente cincuenta personas sin estorbarse, explicaba el ingeniero director del Puente, Marcos Martín.

Poco antes de las tres de la tarde, la estructura comenzaba a elevarse de las calzas imperceptiblemente, milímetro a milímetro, una operación que fue controlada con gran minuciosidad. A las tres y cuarto, abandonaba el muelle transportado suavemente por las grúas por un mar sin oleaje alguno que facilitó la operación. El cajón llegó a la altura de la pila doce sobre las cinco de la tarde para ser depositado sobre las 48 pilonas sumergidas aprovechando la pleamar.

Toda la operación era controlada, además de por el personal que estaba en la zona -en el muelle y en las diferentes embarcaciones-, vía satélite: unas antenas de GPS daban testimonio en cada momento de dónde estaban con respecto a los pilotes con los que tenían que encajar.

El cajón estanco estará en la Bahía mientras duren las obras del puente de La Pepa, cuya finalización está prevista para 2011; una vez que la torre esté terminada, seguirá sirviendo como muelle provisional. Actualmente hay cuatro cajones estancos ya instalados en el muelle, éste y el de las pilas 4, 7 y 8, que miden aproximadamente 18 por 20 metros.

La función de todas es la misma: crear una plataforma de trabajo sobre la que construir las pilas. Los micropilotes ya instalados en el mar han sido recortados, dejando fuera del agua la ferralla; sólo se han dejado enteros algunos de estos tubos para ayudar al maquinista a colocar los cajones. Estos cajones tienen unos huecos por los que entran los tubos sumergidos. El recinto no se hunde hasta tocar el fondo de la Bahía porque los micropilotes cuentan con unas arandelas sobre el que queda apoyado.

Una vez colocados, el proceso es el mismo: unos buzos inyectan hormigón en la conexión de pilotes y cajón y una capa de material en el caso de las pequeñas, que ya tienen otra colocada antes de instalarla. La capa que hay que inyectar en la pila 12 es mayor porque no llevaba ninguna para que no aumentara aún más su peso.

Una vez realizado este proceso, se extrae el agua de los cajones y el recinto estanco se convierte en un centro de trabajo: allí se hace la zapata, que ocupa la mayoría de la superficie con la excepción de un pasillo para permitir el movimiento a los trabajadores. Sobre esa zapata se irá elevando el pilar. Para ello, los cajones están equipados con un grupo electrógeno y una grúa.

Dentro de un mes y medio o dos meses podrá verse como crece la cuarta pila muy cerca de la orilla gaditana. En el caso de los recintos estancos pequeños, se reutilizan; los que hoy están en la cuatro, la siete y la ocho irán a la cinco, nueve y diez, y después, a la tres, seis y once. Las pilas una y dos no necesitan este procedimiento porque se han hecho en tierra, para lo que se ha creado una península artificial, y la trece es ya la primera terrestre: la gran torre que ya se está alzando en el muelle de la Cabezuela y que llegará a 180 metros. Faltan unos diez para alcanzar la altura del tablero.

El Club Viento de Levante ha pedido que la península artificial se conserve, un punto que aún no se ha decidido pero que, en todo caso, debería contar con la aquiescencia del Ayuntamiento gaditano, que tendría que hacerse cargo del mantenimiento.

Marcos Martín señala que este procedimiento de cajones ha sido perfeccionado por Dragados, con hasta ahora muy buenos resultados. Cada uno de los cuatro han sido elaborados de forma minuciosa, cada soldadura revisada tres veces y se han tenido en cuenta todos los factores posibles para evitar problemas con la presión del agua, por lo que cuentan con pequeñas escotillas.

El director no oculta su entusiasmo por la marcha de esta gran construcción que cambiará la fisionomía de la Bahía.

En la obra ya se pueden ver las piezas del tablero que irá en el tramo desmontable, el comprendido entre las pilas nueve y la diez, y se han acabado los recálculos que hubo que hacer debido a la incorporación de la plataforma tranviaria, que obliga a aumentar el grosor del puente. Dentro de unos meses comenzarán a instalarse las primeras fases de los tableros.

Actualmente, la construcción del puente diseñado por Javier Manterola alcanza un porcentaje de ejecución del 33%. Aún le quedan por superar fases tan delicadas como la primera de instalación de los tirantes, que exige mucha preparación, pero en suelo puertorrealeño ya se pueden ver las pilas palmera y pórticos.

Esta obra del Ministerio de Fomento cuesta 272.917.785,05 euros y arrancaron en abril del año 2007. La empresa adjudicataria de las obras es Dragados y F.P.S. Una vez terminado, el tercer acceso tendrá 3.157 metros, la luz del vano principal será de 540 y el gálibo vertical, 58 metros sobre el nivel medio del mar.

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