A López Zanón no le gusta la palabra tirar y afirma que es lo último que debe hacer un arquitecto: "siempre debe intentar arreglar antes que tirar".

-¿Qué le parece que la Junta deje a criterio de un arquitecto el derribo de su Escuela Náutica?

-No es lógico que sea un arquitecto el que decida algo sobre un bien cultural y no es coherente porque es parte interesada. Además, no tirar forma parte de nuestra deontología profesional.

-¿Le han derribado alguna vez una obra suya?

-Nunca me han derribado nada aunque ya a mis 82 años no me extrañaría nada. Todo lo contrario, me han protegido alguna que otra obra como la Universidad Laboral de Huesca, reconvertida en instituto.

-¿Le da miedo el empuje urbanístico de una ciudad pequeña como Cádiz?

-El suelo es cada vez más caro y siempre resulta más rentable tirar algo y luego vender el suelo para así ganar dinero.

-¿Y esto le quita el sueño?

-A mi edad me quitan otras cosas el sueño pero me gustaría advertir a las instituciones que una ciudad como Cádiz debe defender la calidad de su centro urbano para así poder siempre tener un corazón histórico cuidado.

-¿Le parece preocupante la situación arquitectónica de la Escuela Náutica?

-Ahora mismo lo que interesa realmente es buscar soluciones a los problemas patológicos que pueda presentar la edificación. De nada sirve ver quién tiene la culpa porque su construcción hay que encuadrarla siempre en un momento histórico en el que se usaba dinero público de un público que tenía más bien poco.