Cádiz

Del teatro a la vida real

  • El grupo Candilejas ha marcado el destino de dos de sus integrantes, Jesús Coto y Mario Herrera, que han decidido dedicarse a actividades que descubrieron gracias a las diferentes obras que han representado

Hace doce años eran alumnos del colegio de Las Carmelitas que se inscribieron en el grupo de teatro Candilejas con la mera intención de desarrollar una actividad extra a las clases. Pero a raíz de esta incursión -que aún no han abandonado-, el teatro y Candilejas han terminado marcando sus vidas. Dos de los jóvenes de este grupo, Jesús Coto y Mario Herrera, han encontrado la actividad a la que dedicar sus vidas a raíz de las labores que les han sido encomendadas en cada obra que estrenaba y representaba Candilejas.

Jesús Coto, que tiene 23 años de edad, recuerda que en el grupo creado en Las Carmelitas comenzó interpretando papeles secundarios y posteriormente empezó a realizar los carteles, los dossiers que presentaban a los concursos donde participaba Candilejas, las entradas para sus representaciones, la web del grupo,... Todo lo relacionado con el diseño salía de las manos de Jesús, que ha sido un poco autodidacta en esto de las artes gráficas.

Al acabar la enseñanza obligatoria, Jesús inició los estudios de Ingeniería Mecánica, pero una oferta de trabajo del periódico Adn (que editaba el Grupo Joly) le hizo dejar la carrera. "Me gustó tanto la experiencia en Adn que me lancé y me metí en la Escuela de Arte", en la que el pasado mes de junio se convirtió en técnico superior de Diseño Gráfico.

Desde entonces -e incluso al mismo tiempo que cursaba los estudios- este joven gaditano ha realizado diferentes proyectos relacionados con el diseño. Uno de ellos, que aún mantiene hoy en día, es el de la edición de portadas de libros y manuales de la editorial catalana Plataforma Editorial, que lo contrató al conocer su blog (jesuscoto.blogspot.com) y los trabajos que allí mostraba. Junto a ello, diseños de páginas webs o de otros libros, como uno sobre el Carnaval de Bornos, también llevan su firma.

Y ahora, Jesús se plantea como futuro más próximo establecer un pequeño estudio en la capital en el que pueda ir creciendo como diseñador gráfico y ampliar también la capacidad y envergadura de los encargos, además de hacerse con un nombre en su profesión.

Por su parte, Mario Herrera (que tiene 25 años) también ha encontrado en Candilejas su destino. Y eso que, como él recuerda, entró en el grupo pese a que "nunca me gustó el teatro". Por motivos familiares, Mario -que es de Mérida- vivió en Ponferrada, Astorga o Huelva antes de recalar en Cádiz capital. "Y aquí encontré mi vocación", afirma. Su ingreso en Candilejas hace doce años respondía a su intención de "integrarme con mis compañeros".

En su caso, pronto comenzó a desempeñar los papeles protagonistas de los clásicos del teatro que representaba Candilejas. Así, en estos doce años Mario ha sido El Quijote, Cyrano, Tenorio, Segismundo,... "Y viendo la respuesta del público, poco a poco empecé a creérmelo", dice.

Debido a ello, no han sido pocas las veces que se ha planteado ir a Madrid a ampliar estudios en Arte Dramático, "pero si todo el mundo se va de Cádiz aquí nunca habrá teatro". "A lo mejor me equivoqué, pero lucho por lo que hay aquí en Cádiz", confiesa este joven que ha recibido varios premios, como el de mejor actor dos años consecutivos en el festival de teatro de Jimena.

En los últimos años, Mario ha recibido varias ofertas de grupos de teatro, y ha estado trabajando en empresas de turismo de animaciones en la calle, en cortometrajes... "De ahí se me ocurrió la idea de montar una escuela de teatro de niños. Y ha sido todo un éxito", afirma Mario, que el año pasado puso en marcha esta escuela de teatro en el barrio de San Carlos, con la colaboración de la asociación de vecinos.

En su primera experiencia al frente de esta escuela con niños de entre 10 y 15 años, Mario les ha empezado a enseñar diferentes aspectos de la escenografía y llegó a estrenar con ellos la obra No hay burlas con el amor, de Calderón de la Barca, que representaron en diferentes colegios de Cádiz y de San Fernando y en el Centro Integral de la Mujer. "Los niños están contentos, ilusionados. Y para mí es una satisfacción muy grande; el trabajo bien hecho es para mí la gran satisfacción, independientemente de la respuesta del público".

Después de esta experiencia, Mario prepara para el mes de octubre el inicio del segundo curso de su escuela de teatro, recibiendo las nuevas solicitudes a través de su correo electrónico (teatro.mario@gmail.com).

"El teatro nos ha servido para mostrarnos nuestra vocación", asegura Mario mientras Jesús corrobora sus palabras. "También nos ha ayudado a relacionarnos en muchos ambientes y a perder la vergüenza para hacer muchas cosas", añade. De hecho, Jesús reconoce que gracias a Candilejas "puedo estar aquí hablando ahora, por ejemplo", ya que explica que de pequeño era muy introvertido. "Y también nos ha aportado mucha cultura, que es muy importante. No mucha gente de nuestra edad puede hablar de Lope de Vega o de Calderón de la Barca como nosotros", añade Jesús Coto.

El futuro de estos dos jóvenes lo ha marcado Candilejas, un grupo que fundaron en su día en el colegio de Las Carmelitas y al que hoy siguen vinculados pese a sus nuevos compromisos profesionales. Ellos no se separan de los escenarios, pero a raíz de Candilejas han dado un importante paso del teatro juvenil a la vida real.

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