Cádiz

Otra pieza restaurada en el Museo Catedral

  • Eva Morata y Fabián Pérez han recuperado un llamativo Varón de Dolores realizado en terracota

El Varón de Dolores, antes (izquierda) y después de la restauración.

El Varón de Dolores, antes (izquierda) y después de la restauración.

El Cabildo Catedral sigue con su proceso de recuperación de piezas artísticas. La última ha sido una destacada escultura de un Varón de Dolores que se expone en el Museo de la Casa de la Contaduría y que acaba de ser restaurado por Eva Morata y Fabián Pérez. Se trata de una imagen modelada en terracota y policromada, que fue realizada por los hermanos Miguel Y Jerónimo Francisco García a finales del siglo XVI o principios del XVII. No es una talla completa, sino un busto largo, de tres cuartos (hasta la altura de los muslos) y bulto redondo.

La imagen, expuesta en el museo catedralicio, estaba afectada principalmente por desperfectos volumétricos que hacían que la imagen pareciese rota (por una amplia pérdida central sobre el rostro), ocultando así parte de sus características artísticas y estéticas. "A nivel de consistencia de la materia estaba bien; lo único que en la corona de espinas había una pérdida de volumen y en su entorno se localizaron fisuras que podían desembocar en futuros desprendimientos de material", explica el restaurador Fabián Pérez.

A esto se unían importantes capas de suciedad que ofrecían un aspecto mucho más ennegrecido que el original en toda la superficie policromada.

Con este 'cuadro' de lesiones y desperfectos, la restauración se ha centrado especialmente en una importante limpieza de las encarnaduras de la imagen y del paño de pureza, respetando en todo momento la pátina y el envejecimiento que corresponde a una obra de ese tiempo.

Esta labor de limpieza de la policromía ha sido "tremendamente delicada", ya que los restauradores "estamos muy empeñados en medias limpiezas"; "limpiezas no agresivas que dejen parte de la pátina para conservar la antigüedad que tiene una imagen", indica Fabián Pérez. Y lo explica: "Todo objeto antiguo es moralizante; tiene que hablar del pasado y también del futuro, y nuestra mirada es solo un instante en su historia. Nosotros no somos nada a lo largo del tiempo, es lo que traslada eso".

Al margen de la limpieza, se ha llevado a cabo una reconstrucción de las zonas de la corona de espinas que se habían perdido. Fabián Pérez expone que se ha optado por reconstruir esas zonas alrededor del rostro y, sin embargo, no se han reconstruido las pérdidas volumétricas del paño de pureza por un criterio de "intervención mínima", en el que se ha optado por actuar "para no crear una laguna visual que impida al espectador ver la obra"; algo que ocurriría con las pérdidas volumétricas del rostro pero no del paño.

Repuesta en el museo la imagen, Fabián Pérez destaca su calidad artística, "que está muy delicadamente tratada" siendo de tamaño menor al natural; y también la importancia histórica siendo un claro exponente del inicio de la Contrarreforma. "Es muy importante", concluye el restaurador.

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