El pasado 28 de junio, no hace ni un mes, se inauguró el pabellón municipal del Casco Histórico, que nacía no sólo para atender las demandas de los usuarios de la zona ávidos de espacios deportivos sino para recibir el testigo del histórico Fernando Portillo. Pero se da la circunstancia de que en 17 días ha acumulado más críticas que el ubicado en Extramuros a lo largo de toda su historia. El pabellón parece no satisfacer las necesidades vecinales y de los usuarios debido a que presenta diversas deficiencias.

Y si se levantó entre polémicas no sólo por la tardanza en su construcción sino por su estética que, según los vecinos, rompía con el entorno ya que predominaba el hormigón. A día de hoy sigue siendo motivo de debate.

Los primeros en lanzar la voz de alarma fueron los miembros de la sección sindical de UGT en el Ayuntamiento de Cádiz. Ellos ya enumeraron todo tipo de deficiencias, desde la s carencias en las medidas de seguridad (como las cerraduras antipánico o cuadros eléctricos a la vista de todo el mundo) hasta en materia de seguridad laboral.

La realidad refleja el estado del polideportivo donde pueden observarse, aparte del predominio del hormigón y chapa metálica, diferentes deficiencias. Destacan zonas que todavía están valladas, que los ascensores no funcionan, que las máquinas de refrescos e incluso las de agua tampoco están en uso. Algunas rampas son demasiado elevadas o incluso las hay que terminan en escalones. Pasillos demasiado estrechos por donde no se pasa con una mochila, ausencia de puertas de emergencia y antipánico, falta de puntos de agua donde refrescarse. Además, los aseos sólo se hallan en la planta de abajo y las altas temperaturas hacen, a veces, insoportable la estancia en lugares como la sala de musculación donde se alcanzaban hasta 32 grados. Existen escaleras con barandillas ubicadas sólo a un lado que dan sensación de inseguridad y resultan peligrosas.

Con el polideportivo en funcionamiento los usuarios expresan su opinión. Por ejemplo, para Juan Luis Taboada "la iniciativa es buena, aunque faltan aparatos y hace calor". Para Joaquina Ferrer, otra usuaria desde que se inauguró, "esto era lo que se necesitaba por aquí, y además económico, lo único malo que hace mucho calor, y que con esta época podrían poner el aire".

A pesar de que algunos usuarios no noten determinadas deficiencias, vecinos de la zona, por ejemplo, a los que representa la asociación de vecinos del Mentidero, si se han percatado de la existencia de imperfecciones en las instalaciones. La presidenta de esta asociación, Blanca Marzán, explica a este periódico alguna de ellas: "los desniveles existentes, la estrechez de los pasillos en determinadas zonas, la falta de puntos de agua en la parte de arriba, el calor. Problemas para los que reclama soluciones y espera que con el tiempo se vayan solucionando".