Cádiz

"Estamos orientados pero no somos del todo ágiles"

  • Escamilla enfoca en la formación de profesionales y empresas la capacidad de competir en el mercado

Prudencio Escamilla contesta al director de Diario de Cádiz, David Fernández, en el turno de preguntas del público.

Prudencio Escamilla contesta al director de Diario de Cádiz, David Fernández, en el turno de preguntas del público. / fito carreto

Un ejemplo de agilidad: Airbus logró llevarse el gato al agua en un contrato con nada menos que Boeing, que no deja de ser su principal competidor. Boeing confió en su competidor y no en otras posibilidades que venían desde países asiáticos porque confió en su tecnología, aunque no la conociera, y la tecnología es ahorro. Boeing confía en que Airbus logrará sacar una pieza cada hora y veinte minutos, todo un reto en el mundo de la aeronáutica que lo sitúa en parámetros de la automoción. Escamilla está convencido de que lo conseguirán. Un ejemplo de no agilidad: una empresa con la que solía trabajar Airbus preguntó por qué cada vez le llegaban menos trabajo. Trabajaba de forma aislada. "A día de hoy no podemos tener 50 suministradores , no es operativo, no se pueden tener tantos interlocutores. Las empresas tienen que unirse en clústers y trabajar conjuntamente, en cooperación".

A respuestas del público, Prudencio Escamilla puso algunos peros a nuestra competitividad y situó la agilidad como uno de nuestros problemas: "Estamos orientados, pero no somos lo suficientemente ágiles. La agilidad es esencial en la empresa y la Universidad. Un programa que se trabaja en la actualidad puede estar obsoleto en dos años y hay que ser conscientes de ello por lo que la formación tanto en la Universidad como en la empresa tiene que ser continua, es algo que nunca se puede detener". En Airbus está siendo muy elogiado el trabajo que se está realizando con la Universidad en el campo del Big Data. "Han venido de Alemania para ver cómo trabajamos y nos han asegurado que ahora mismo este es un programa puntero a nivel mundial".

"Las empresas tienen que ser conscientes del mundo en el que vivimos, es un mundo en constante cambio", continuó Escamilla, que auguró un mal futuro para las empresas que se están quedando atrás en ese campo.

También pidió una mayor atención para los trabajadores intermedios en una reivindicación de la Formación Profesional, que en nuestra provincia, en algunos casos, apenas tiene docentes para impartirla. "En los países que son potencias industriales un ingeniero no tiene mayor prestigio social que el operador especializado de una máquina. Es tan necesario el uno como el otro".

Pero aunque no se cansó de repetir que hay mucho camino por andar, lo cierto es que los indicios son buenos. "Desde la Universidad de Cádiz salen licenciados que acaban trabajando en la central de Toulouse. La UCA logra futuros profesionales muy valorados".

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