En la cofradía del Prendimiento no avanzan en la talla de su paso de misterio. Prácticamente, se puede decir que están haciendo un nuevo paso. Tras romper las relaciones con el anterior tallista por el descontento generalizado de los hermanos con el trabajo que estaba llevando a cabo, en la corporación del Lunes Santo esperan con ilusión la llegada de la Semana Santa, donde podrá observarse los importantes cambios que se han producido en este paso de misterio.

El nuevo tallista contratado por la hermandad, natural de Linares pero establecido en Sevilla, es autor de los pasos de misterio del Prendimiento de Úbeda, del Perdón de La Línea de la Concepción o del Resucitado también de La Línea, tallando igualmente la parihuela del Carmen de San Leandro (en Sevilla capital) o la Cruz de Guía de la hermandad del Polígono de San Pablo, también para Sevilla.

En el caso del paso del Prendimiento, ha tenido que reestructurar lo que hasta ahora había hecho el anterior tallista (Manuel Castillo, de Puerto Real) y comenzar la talla con el frontal del canasto, que será el principal estreno de la hermandad este Lunes Santo. Talla frontal que incluirá las esquinas delanteras también. El trabajo para este 2017 además se completa con los nuevos candelabros de guardabrisas (los cuatro de las esquinas del paso y dos que irán en el centro de los laterales) que iluminarán el misterio.

Conviene recordar que al giro que se ha dado al proyecto de este nuevo paso del Prendimiento, que se verá en la calle este próximo 10 de abril, se une la venta del anterior paso (aprobada en su día por el cabildo de hermanos), que ya se ha hecho efectiva para la Semana Santa de Almería, donde a partir de este mismo año procesionará, para lo cual se están haciendo algunas reformas e intervenciones en la obra que en su día saliera de los talleres de Fernández del Toro y adquiriera el Prendimiento a la hermandad de Afligidos de San Fernando.

Al estreno en el paso de misterio se sumará también, como adelanta el hermano mayor de la corporación, Jesús Eyras, las nuevas caídas para el paso de palio, en el mismo color que las anteriores, que se encontraban en mal estado; y la restauración de los escudos de España, de la Real Congregación, de la Custodia y del Hércules de la ciudad de Cádiz que llevaban ciriales y palermos del cortejo.