Cádiz

Estaba el muelle como una feria

  • La actividad programada por la UCA, con el apoyo de Diputación y otras entidades, llena el recinto portuario y los aledaños a la Plaza de España que volvió a peatonalizarse en gran parte

La Universidad de Cádiz ha decidido abrir sus brazos y acoger a toda la sociedad. Y como a veces los ciudadanos no van a las aulas, la UCA ha optado por sacar el conocimiento a la calle, acercar la investigación a los gaditanos, a los visitantes, mostrarles sus avances, sus logros, sus ambiciones, su presente y su futuro, para lo que no ha encontrado mejor excusa que el pasado, la historia de esta tierra que hace 300 años fue poco menos que el ombligo del mundo. Porque hace tres siglos que se produjo el traslado de la Casa de Contratación de Sevilla a Cádiz, lo que en la práctica supuso que la ciudad se convirtiera en la más americana de Europa, en una urbe moderna, culta y cosmopolita que parió la primera Constitución española y abanderó un arrebato de modernidad sesgado por la expulsión de las tropas napoleónicas y el regreso de Fernando VII, apodado El Deseado, aunque dos siglos después, visto lo visto, casi podía haberse quedado preso en Valençay.

Toda esta historia que arrastra la ciudad más antigua de Occidente, decíamos, ha servido a la UCA para que, junto a la Diputación de Cádiz y la colaboración de otras instituciones y entidades, entre ellas el Ayuntamiento, la APBC o Diario de Cádiz, haya organizado un evento al que ha bautizado como Cádiz, 300 años de mar y que tuvo ayer su día grande. Fue tal la afluencia de público, sobre todo en el muelle -donde también se celebra estos días el festival No Sin Música- y la Plaza de España que por momentos parecía que lo que se vivía era una gran regata de dimensiones reducidas. A esta sensación ayudaba la presencia del Elcano en su atraque habitual y las largas colas para visitar el buque escuela de la Armada Española. Ayer tarde también había visitas guiadas para grupos en los cuatro buques oceanográficos que han participado en esta actividad de la UCA: el Miguel Oliver de la Secretaría de Pesca; el Malaspina del Instituto Hidrográfico de la Marina; el Ramón Margalef del Instituto Español de Oceanografía y el UCADIZ del CEI.Mar y la Universidad de Cádiz. Hoy estos barcos podrán visitarse de diez a doce de la mañana.

Largas colas para subir al 'Elcano' y para visitar la Casa de las Cuatro TorresExposiciones y una veintena de stands acercaron el mar a todos los visitantes

Pero más allá del muelle, la UCA desplegó toda su artillería sobre todo en las inmediaciones de la Plaza de España. Allí, desde primeras horas de la tarde se fueron congregando centenares de personas, de familias enteras con sus niños pequeños, que pudieron disfrutar con actividades como el concierto Baby Radio, que fue de las actividades más demandadas.

La Plaza de España volvió a ser peatonalizada prácticamente en su totalidad, exceptuando el tramo entre Argüelles y Diputación, y en su interior se colocaron paneles con los rostros de algunos de los investigadores más importantes y que componen la muestra Los rostros de la investigación marina en Cádiz. En la calle Colombia se instaló la exposición Cádiz, 300 años de industria naval, y unas banderolas que colgaban de pared a pared otorgaban a la zona un aire muy marinero.

En la calzada sin tráfico se aprovechó para "socializar el conocimiento" del que habla el rector de la UCA, Eduardo González Mazo de manera insistente. Y también para montar stands divertidos para toda la familia, como un taller de surf donde los pequeños simulaban que galopaban sobre las olas con tablas de siete pies apoyadas en medias esferas de goma.

Mucha animación también en el stand de la firma conileña Petaca Chico, donde el cocinero Mauro Barreiro, que en los últimos meses ha iniciado una fructífera relación profesional con los hermanos Muñoz, realizó un showcooking que hizo las delicias de los paseantes. ¿Hay degustación de atún? Preguntaban algunos a eso de las seis de la tarde. Y es que el atún es irresistible hasta para merendar.

Justo al lado, para quienes quisieran conocer ese arte milenario de capturar al rey de nuestros mares, la UCA instaló la maqueta de una almadraba, con todas sus partes, el ravero de mar, el de tierra, la cámara, el buche, el bordonal y el copo.

Había stands para todos los gustos: un algario, otros dedicados al arte del salinero, al problema de las basuras marinas, a la biodiversidad caletera, al plancton marino de la Bahía, con microscopios para poder verlo con detalle, al arte de construir relojes solares, al Clúster Marítimo, la Flor de Garum, la salsa gaditana que volvía locos a los romanos y hasta un taller infantil donde los reyes de la casa podían dar rienda a su imaginación con juegos y dibujos.

Otro punto de atracción en la jornada de ayer se situó en la Casa de las Cuatro Torres, donde se programaron visitas guiadas. A pesar de que se pudo acceder a la misma durante varias horas las colas fueron la nota predominante de toda la jornada. En su interior los visitantes pudieron disfrutar de una de las construcciones con más historia de aquella época dorada de la ciudad, donde los acaudalados comerciantes construían sus casas con torres miradores para contemplar, antes que nadie, cuando sus barcos cargados con las riquezas que dejaba el comercio con América se dibujaban por la Alameda con sus velas desplegadas.

El ambiente fue creciendo conforme avanzó la tarde hasta que cuando cayó la noche, ya con el bullicio que salía de los conciertos del muelle la mayoría de los visitantes tocaron retirada.

Hoy, quienes lo deseen, podrán visitar los cinco buques oceanográficos atracados en el puerto de la capital gaditana de diez a doce y media de la mañana. Será una bella despedida para una actividad que ha vuelto a acercar más a la UCA a todos los ciudadanos.

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