Discurso realista. Fue la conclusión generalizada de la conferencia pronunciada ayer por el presidente de Unicaja, Braulio Medel, dentro del ciclo Anticipar el futuro construyendo el presente organizado por la Diputación Provincial de Cádiz con la colaboración del Grupo Joly y la propia Unicaja.

Pero esa conclusión responde a análisis contundentes y, tal vez, duros para determinados sectores económicos y familiares. Experto conocedor del tema de conversación (La transformación del sistema financiero español) Medel retrocedió hasta aquellos años de banquete en los que nadie pagó la cuenta. Pasada la bonanza llegó la crisis. Por eso ahora, como expuso, hay que pagar los excesos y esos excesos tienen consecuencias. Pese a las sucesivas medidas y decretos aprobados por el Gobierno de España, el presidente de Unicaja dijo ayer que no servirán para restituir la fluidez del crédito a corto plazo: "Eso depende del estado de la economía, y las medidas adoptadas, a corto plazo, no tienen nada que ver con que se restituya el crédito. Estas medidas pueden servir para salvar entidades, pero no para restituir la fluidez del crédito, que requeriría otro tipo de medidas, si es que se entiende que las entidades financieras no están prestando con arreglo a lo que sería normal en la situación actual de la economía española".

Pero hay más. Esta vez se dirigió directamente al empresariado (muchos presentes ayer en la conferencia en el salón Regio de la Diputación): "Los intereses no tienen más remedio que subir, es que no hay otra". Y lo explicó: "En España se ha vivido una época, la de bonanza -años anteriores a la crisis- donde teníamos los tipos de interés más baratos del mundo occidental. Además, en poco tiempo, el Banco Central Europeo (BCE) los va a subir. Lo que se le paga al ahorrador está subiendo porque hay una gran competencia en captar el ahorro interno por las dificultades de captar el ahorro externo. Habrá intereses más altos y márgenes unitarios más altos. La única contrapartida es que para el ahorrador la retribución también será mayor. El cliente estará más protegido por las normas públicas y la propia competencia, y en el plazo inmediato, más".

Estas serán dos de las consecuencias que vivirá el sistema financiero español, fundamentalmente, por dos causas: las exigencias "clarísimas" de los mercados internacionales, y por otro lado, las exigencias de lo que Medel denominó "la gobernanza de Europa". Tanto por unas como por otras, incidió, "a España le están pidiendo claramente una recapitalización y saneamiento del sistema financiero español, que es lo que se viene haciendo de forma escalonada y que el Gobierno pretende zanjar con ese Decreto Ley. Si ese decreto será el último y suficiente para acallar esas exigencias, sólo el futuro lo dirá".

Y, cómo no, habló del futuro que le aguarda a las cajas de ahorro como entidades financieras si, tal y como se prevé, se aprueba en un próximo Consejo de Ministros el Real Decreto Ley anunciado por el Gobierno. Braulio Medel pronunció otras dos conclusiones sin medias tintas: "La pregunta que hay que hacerse no es qué cambia en las cajas de ahorro; habrá que preguntarse si seguirán existiendo. Tal como las conocemos hasta ahora, no", dijo. Tampoco desaparecerán, matizó, pero deberán elegir entre tres sistemas: permanecer tal y como están pero sin permitir la entrada de capital privado ("será como jugar al baloncesto con una mano atada", ejemplificó); introducir capital privado a través de cuotas participativas, que no parece tener muchos adeptos; y en tercer lugar, vía que según Medel es la que tiene más opciones, "mantener lo que se seguirá llamando Caja y que será la propietaria (parece que en torno al 52-60%) de un banco al que se traspasa todo el negocio financiero, y con los beneficios que recibe esa caja seguirá haciendo la obra social y actividades que quiera hacer".

Y una última reflexión aunque muy metida en el futuro inmediato: "En el negocio, en la actividad crediticia habrá mayor diversificación del crédito del sector inmobiliario a otros sectores pero, al mismo tiempo, durante varios años no sé qué vamos a ser: si entidades financieras o inmobiliarias, porque entre todos los activos que nos hemos adjudicado y los que nos quedan, tendremos que actuar como empresa inmobiliaria y el mercado inmobiliario no absorberá la financiación del pasado". Otro anuncio: "Dentro de unos años el 75% del sistema financiero español estará concentrado en cuatro o cinco entidades. No más".