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CABALGATAS DE LOS REYES MAGOS

La lluvia respeta a Sus Majestades

  • Pequeños y mayores pudieron disfrutar del paso de Melchor, Gaspar y Baltasar por la ciudad en una tarde fría y ventosa, pero sin precipitaciones durante la cabalgata

Amenazaba lluvia. De hecho, sobre las dos y media de la tarde, cayeron pequeñas gotas. Pero finalmente, el tiempo respetó a Sus Majestades de Oriente y dejó que los niños y no tan niños disfrutaran de la cabalgata en una tarde fría y ventosa, pero sin agua.

El cortejo, un tanto sencillo, volvió este año a extramuros, aunque el recorrido fue más corto que en anteriores vísperas de Reyes, ya que la cabalgata salió de las inmediaciones del parque de Varela, en vez de la glorieta Ingeniero La Cierva, como en otras ocasiones.

Muchas familias con niños pequeños esperaban ilusionadas ver pasar a Melchor, Gaspar y Baltasar en sus carrozas desde al menos una hora antes del inicio de la cabalgata. Incluso había familias esperando a las dos y media de la tarde en la Cuesta de las Calesas y las Puertas de Tierra, tomándose un bocadillo, a pesar de que la comitiva no pasó por allí hasta aproximadamente las cinco de la tarde.

La frenética jornada que los Reyes Magos de Oriente vivieron ayer en Cádiz no les impidió disfrutar también de la gastronomía de la ciudad, con alguna parada puntual en las tabernas capitalinas. Los magos se multiplicaron para atender a todos los gaditanos, antes de inundar los hogares de juguetes y regalos de todo tipo. La frenética jornada que los Reyes Magos de Oriente vivieron ayer en Cádiz no les impidió disfrutar también de la gastronomía de la ciudad, con alguna parada puntual en las tabernas capitalinas. Los magos se multiplicaron para atender a todos los gaditanos, antes de inundar los hogares de juguetes y regalos de todo tipo.

La frenética jornada que los Reyes Magos de Oriente vivieron ayer en Cádiz no les impidió disfrutar también de la gastronomía de la ciudad, con alguna parada puntual en las tabernas capitalinas. Los magos se multiplicaron para atender a todos los gaditanos, antes de inundar los hogares de juguetes y regalos de todo tipo. / Joaquín Hernández 'Kiki'

Uno de los menores que aguardaba en el parque de Varela, al ver cómo se colocaban los componentes del desfile, llamó la atención de su padre: "Papá, no son camellos de verdad". Esa pequeña desilusión se le pasó en seguida, al ver llegar a los Reyes Magos.

La cabalgata salió puntual y con cierta rapidez, hasta que le tocó el turno a Baltasar. La última carroza tardó en salir y el monarca aprovechó esta circunstancia para saludar a todos los que se encontraban a su alrededor y para tirar caramelos desde su carroza en todas direcciones. Preguntaba al público si les llegaban, para lanzarlos más lejos. Y así se pasó todo el recorrido: de pie, sin parar de saludar y tirando caramelos. Fue el Rey más expresivo y también el más aclamado.

La agrupación musical II Centenario Ecce Mater encabezaba la comitiva, interpretando villancicos y canciones infantiles. Contrastaba su presencia con la de los muñecos infantiles que le seguían, entre los que se encontraban las tortugas ninjas, Tadeo Jones, algún minion, trolls, Peppa Pig, los personajes principales de Frozen y los perros de la Patrulla Canina, entre otros, que iban bailando temas musicales de actualidad.

A estos les seguía la carroza de la Estrella de Oriente y tras ella, iba un grupo de alumnos de Afanas Cádiz vestidos de personajes del portal de Belén acompañando a una carroza que representaba el Nacimiento.

Un pasacalles de la Guerra de las Galaxias, con Darth Vader, R2-D2 y soldados imperiales hinchables, separaba la carroza de la Estrella de Oriente de la del Cartero Real.

Detrás iba el pasacalles Dinópolis, con dinosaurios y otros animales de foamy, la carroza Niños del Mundo, el grupo de Los Muppets y, a continuación, las esperadas carrozas de los Reyes Magos. Melchor y Gaspar iban sentados en sus tronos, saludando y lanzando caramelos, pero Baltasar se mantuvo todo el recorrido de pie, sin parar de moverse.

Entre Sus Majestades iba el pasacalles Duendes y Estrellas, y otro denominado Arábica. Cerraba el cortejo un camión decorado con globos que simulaban golosinas, titulado La repostería de reyes.

Cabe destacar que algunas de las carrozas dejaron de lanzar caramelos en el último tramo del recorrido, ya que se agotaron antes de acabar la cabalgata.

El cortejo entro en una abarrotada plaza de San Juan de Dios en torno a las 17:45 horas. Cuando llegaron los monarcas, acompañados del Cartero Real y la Estrella de Oriente, subieron al balcón del Ayuntamiento, desde donde lanzaron caramelos y dirigieron unas palabras a los presentes.

Durante un momento, el alcalde y el concejal Adrián Martínez de Pinillos quitaron protagonismo a los Reyes, ya que se asomaron a una ventana para tirar caramelos y grabar un vídeo.

Melchor y Gaspar pidieron a los niños y a sus padres que se acostaran temprano "porque si os encontramos despiertos, pasamos de largo", advirtió Melchor. Por su parte, Baltasar dijo que estaba muy contento porque este año habían traído "un montón de regalos a Cádiz, lo que significa que os habéis portado muy bien". Gaspar aprovechó también para dar las gracias "por esta experiencia, que ha sido la más bonita y gratificante de mi vida".

En su intervención, el Cartero Real animó al público a cantar, entonando "Qué bonito está mi Cádiz", mientras que la Estrella de Oriente se despidió invitando a los presentes a interpretar "Ya vienen los Reyes Magos".

Mientras hablaba la Estrella de Oriente, comenzaron a caer desde la azotea del Ayuntamiento peluches. Se trataba de un adelanto de los regalos que Sus Majestades dejarían por la noche, según dijo Baltasar.

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