juicio | procesados dos agentes y un detenido tras una intervención policial

"Mi intención era golpearle en las piernas pero no se estaba quieto"

  • Dos policías dicen que el arrestado los agredió

  • El detenido asegura que le dieron "una tunda de palos"

Un policía custodia a una detenido en una imagen de archivo.

Un policía custodia a una detenido en una imagen de archivo. / julio gonzález

La detención de un vecino de Cádiz por parte de dos policías nacionales ha acabado, cinco años después de este arresto, con la celebración de un juicio en la Audiencia Provincial de Cádiz. Detenido y agentes compartieron ayer asiento en el banquillo de los acusados. El primero, procesado por amenazar y golpear a los funcionarios; los agentes, por agredir al arrestado durante su intervención.

Los hechos que se juzgan en este caso ocurrieron el 11 de noviembre de 2012. El vecino implicado se encontraba en el parking del Estadio Carranza cuando le pidió al trabajador del aparcamiento que le diese un vaso se agua porque había tomado un par de copas, se encontraba mareado y pensaba que se podía desvanecer.

El detenido dice que lo desnudaron en la celda y los policías, que se desvistió de motu propio

El procesado ha declarado en la vista oral que el empleado del parking rehusó atenderle y llamó a la Policía Local. Llegaron entonces dos agentes que lo registraron y lo cachearon "de forma violenta"; le dieron "cates y collejas"; y le pidieron que se identificara. Ante su negativa, los locales solicitaron refuerzos a la Policía Nacional. El vecino fue trasladado entonces a las dependencias de la antigua Comisaría Provincial.

Cuando el acusado bajó a los calabozos dice que le dieron "una paliza". Ha señalado que un agente le retorcía el brazo mientras que otro le propinaba golpes con la porra por todos lados, sobre todo, en la zona posterior del cuerpo. "Fue una tunda de palos". Además, el procesado ha explicado que lo dejaron desnudo en la celda y que no le devolvieron la ropa hasta pasados unos 40 minutos.

El detenido ha indicado que solicitó ir al médico y que fue trasladado primero a un centro de salud y después al hospital Puerta del Mar. Se adjunta así a la causa un informe forense que refleja que el arrestado presentaba contusiones compatibles con el uso de defensas reglamentarias.

Finalmente esta persona ha aseverado que, después de la visita médica, volvió a la Comisaría y allí siguió recibiendo golpes mientras le tomaban las huellas dactilares.

Por su parte, los policías han sostenido que el detenido mantuvo en todo momento una actitud violenta, agresiva y amenazante. "Nos insultaba, decía que nos iba a reventar la cabeza y que nos iba a denunciar", declararon.

Los policías aplicaron el protocolo de seguridad habitual en estos casos (retirar los objetos personales, los cordones de los zapatos...) cuando el arrestado, engrilletado, se seguía mostrando agresivo, aseguran. "Se abalanzó sobre un compañero e intentó cogerlo del cuello". Comenzó entonces un forcejeo. Según la versión de los policías, uno usó la porra a modo de contención para intentar empujar al arrestado hacia el interior de la celda mientras el otro agente empleó la defensa reglamentaria para reducirlo. "Mi intención era golpearle en las piernas pero no se estaba quieto, por lo que es posible que, en el desarrollo de esta situación violenta, alcanzase al detenido en otras partes del cuerpo", afirmó un agente.

Los funcionarios han manifestado que el hombre se autolesionó contra los barrotes de la celda y que se desnudó de motu propio. Como rechazó volver a vestirse, los agentes guardaron sus prendas en la sala de pertenencias.

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