luis gonzález rey. escultor

"Si una imagen se moja con la lluvia, importa y mucho"

  • El imaginero gaditano confiesa que llega "cansado" a la Semana Santa tras el intenso trabajo y que se pone "nervioso" al ver procesionar sus obras

Luis González Rey posa en su taller para 'Diario de Cádiz'.

Luis González Rey posa en su taller para 'Diario de Cádiz'. / lourdes de vicente

Luis González Rey apura los últimos encargos en su taller de la calle Ahumada. Le queda poco para terminar una cartela para un paso gaditano. Este año, reconoce, ha sido un poco más tranquilo, pero durante los días anteriores a la Semana Santa su teléfono no para de recibir llamadas. "Ahora es cuando todo el mundo se pone nervioso, deseando ya salir y es cuando se dan cuenta de que las espigas de los brazos de la imagen están flojas, que a la Virgen se le ha caído una lágrima o que algo se rompe justo cuando van a montar al Cristo en el paso. Ha habido veces que un día antes de salir he tenido que arreglar algunas cosas", cuenta.

Por eso, ya en las jornadas previas a la Semana de Pasión, "uno está cansado, saturado, deseando que vayan pasando los días", apunta el imaginero. Al fin y al cabo, la Semana Santa significa vacaciones para el artista gaditano después de un tiempo de trabajo que resulta frenético. El año pasado se fue a Murcia a ver el Cristo de la Sangre. "Me gusta ver cosas diferentes", comenta el prolífico escultor que tiene obras repartidas por numerosos puntos de la geografía española.

Aprovechando la visita de Diario de Cádiz se para un rato, luego seguirá con los últimos retoques, "está el tiempo calculado", asegura. Tenemos una charla amena. El escultor gaditano reconoce que se pone "nervioso" al ver sus obras en la calle. "Hombre, me emociono, pero me da como vergüenza porque me parece que la gente me está mirando y en el fondo soy cortón", confiesa. " No quiero escuchar comentarios ni que nadie me diga nada. Me gusta verlo pero a mí que no me vea nadie, de lejos", ríe. Pero, eso sí, la emoción está, "es parte de mi vida", señala, "dicen que es como un hijo". "Y si alguien le grita al señor de la Sagrada Cena 'ay, mi gitano' pues...". Pues puede ser que se le salte una lagrimilla, viene a decir terminando la frase. Por eso disfruta viendo las cofradías de pasada aunque un día, suele acudir a verlas en el Palillero con su familia.

Luis González Rey lleva más de 20 años dedicándose a esto. Le "obligaron" a estudiar 5 años de Electricidad pero luego entraría en la Escuela de Artes, donde conoció a Alfonso Berraquero, y ya ni cambia una bombilla, bromea. Poco a poco empezó a hacer lo mismo a lo que jugaba cuando era pequeño. "Es lo que me ha gustado siempre". Desde entonces, cuando soñaba con restaurar la Virgen del la Victoria, realizar el Misterio de la Sagrada Cena o el Resucitado -algo que ha conseguido-, acumula una larga trayectoria donde no se atreve a hablar de obras preferidas. "Cariño les tengo a todas, pongo todos mis esfuerzos sea para un Cristo o para un romano, porque yo soy escultor. Lo que quiero es estar orgulloso de la próxima que voy a hacer, que no sé aún ni cuál es", asegura el también autor de Siete Palabras. Ahora acaba de entregar una imagen de la Divina Pastora para un colegio en Kenia. Su ayudante la muestra en el móvil, también enseña una Dolorosa para un pueblo de Andalucía, o el Patrón de Zahara de los Atunes, San José con el Niño Jesús cogido de un dedo. "Porque los niños cogen así las manos", interviene el imaginero, que apuesta por las figuras más naturales.

¿Le preocupa el tiempo? ¿Tanto importa si le cae agua a una imagen?, preguntamos mientras sigue hablando de cómo vive la Semana Santa. "Si se moja importa y mucho", dice tajante el imaginero gaditano. "Ten en cuenta que son de madera, respetando a parte lo que puede representar para mucha gente, y si los cambios de temperatura le afectan, pues imagina el agua". Arriesgarse a salir con mal tiempo lo ve una "locura". "Otra cosa es que haya un día espléndido y de repente caiga un chaparrón. Hay más patrimonio: los mantos, los palios, los dorados, que se caen con el agua,... que se pueden echar a perder".

Y es que, explica como experto, "la imagen la puedes secar, pero ya se ha mojado". "Y si tiene una grieta, porque lo normal es que la tenga porque las maderas se van abriendo, el agua le está cayendo por ahí", asevera. "No se pueden sacar con una toalla", advierte antes de contar una anécdota. "Una vez se mojó un Niño Jesús y me trajeron una toalla. Hay que procurar tocar lo menos posible y secar lo más rápido que se pueda con celulosa, papel de cocina o higiénico".

Llaman a la puerta del taller. ¿Cómo van las cartelas?, preguntan. González Rey continúa trabajando, mañana y tarde, para seguir dando esplendor con sus trabajos a la Semana Santa de Cádiz.

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