Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

Cádiz

El último guardia civil hortelano de Santibáñez abandona al fin 'su huerta' en el parque natural

Manuel Sánchez posa en el corazón del huerto del que dice disfrutar desde hace 37 años por su condición de guardia civil.

Manuel Sánchez posa en el corazón del huerto del que dice disfrutar desde hace 37 años por su condición de guardia civil. / Román Ríos

Manuel Sánchez Nieto, el último ex guardia civil que disfrutaba de una huerta en la salina de Santibáñez, en pleno parque natural de la Bahía de Cádiz, la abandonó al fin antes de primero de año. Fue una semana después de que Diario de Cádiz publicase un reportaje sobre este curioso caso titulado Todo por la huerta, aseguró Héctor Bouzo, propietario de la finca.

El huerto, cuyo uso 'heredaron' a lo largo de seis décadas agentes del instituto armado, en principio ligados al viejo puesto de El Chato, estaba obstaculizando las labores de limpieza previas a la construcción de un aparcamiento público ligado a un ambicioso proyecto acuícola, ambiental y turístico que impulsa el ingeniero isleño.

Manuel llevaba 37 años plantando allí habas, patatas y lechugas, cuidando frutales y criando gallinas. 'Aparcero' de fin de semana -asegura que nunca se lucró con lo que cosechaba- se negaba a marcharse porque decía disfrutar de "derechos de anclaje" sobre aquella finca que acababa de cambiar de propiedad. Con todo, siempre se mostró dispuesto a abandonarla si mediaba una orden judicial porque ante todo se considera "un hombre de ley".

Junto al ex guardia civil, también dejó 'su campito' en la salina conocida como Roqueta su vecino Antonio Santos, sin mayor vinculación con la benemérita que haber vivido cerca de la Comandancia de Cádiz, según confesó a este medio.

Varios guardias civiles disfrutaron durante 60 años de estos huertos desde que la viuda de Martínez de Pinillos, que era la propietaria en los 50, diese permiso a los agentes del antiguo puesto de El Chato para que los explotasen para su propio consumo en unos años todavía muy duros. El siguiente dueño mantuvo la autorización e modo tácito hasta que se la vendió a Héctor Bouzo..

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios