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La convivencia imposible

  • Los vecinos de la calle Doctores Meléndez denuncian los problemas que sufren a diario por la presencia de indigentes en los soportales de Capuchinos

Imagen de uno de los soportales con las pertenencias y los enseres de algunos sin techo.

Imagen de uno de los soportales con las pertenencias y los enseres de algunos sin techo. / jesús marín

Calles que huelen a mar / con claveles reventones. / La cuna del carnaval, / la musa de mis canciones. Todos lo conocerán, es el barrio de La Viña. Así comenzaba un pasodoble de la chirigota 'Los de Cádiz norte' de José Manuel Sánchez Reyes y Manolo Santander. Esa copla hablaba también de una Viña del día a día, la que tienen que vivir sus habitantes.

Hay un rinconcito en la calle Doctores Meléndez que no huele a mar sino a orín acumulado de días y días, que en vez de claveles reventones enseñan cartones, colchones usados y litronas de cerveza sobre unas escaleras. Es la cuna de la podredumbre, el refugio de unos indigentes y seguramente la musa de casi ninguna canción, por lo menos para los vecinos que tienen que soportar a diario la suciedad y los incidentes que traen consigo su presencia.

En la mañana del viernes no había rastro humano de ellos, pero sí material. Cartones que sirven como elementos de defensa contra el frío y el viento, mantas, colchones y sacos de dormir enrollados. En la pared pintadas y los restos negros de un incendio que tuvo lugar hace unas semanas y que vino a colmar la paciencia de los vecinos de la zona.

La presidenta de la Asociación de Vecinos Gades La Viña, Catalina Cárdenas, relata que ha pedido que se cierre el espacio para evitar la entrada de indigentes. De hecho, hace unos días estuvo un técnico del ayuntamiento tomando medidas para acometer el proyecto de cerramiento que pueda darle solución al problema.

Los vecinos hablan y expresan sus quejas, pero nadie se quiere señalar: "A mí me da mucha pena que tengan que vivir en la calle pero también nosotros tenemos nuestros derechos".

La zona de paso que comunica la plaza de Capuchinos con la calle Doctores Meléndez es una zona de tránsito muy utilizada porque es un lugar de paso que conecta mejor con los centros educativos de la zona, por lo que durante todo el día pasa mucha gente por esos soportales, muchos de ellos menores.

Catalina Cárdenas recuerda que este problema se viene suscitando desde hace una década, aunque todo se ha agravado mucho más desde hace dos años.

Una de las vecinas comenta que hasta hace un tiempo se baldeaban con cierta asiduidad los soportales e incluso se les conminaba a los indigentes a quitar sus pertenencias, aunque volvían a los dos días de nuevo, "pero al menos se limpiaba. Ahora ya no se hace y el hedor es insoportable".

Otro de los residentes habla de una "situación extrema". Así afirma que "hemos escrito muchas veces al ayuntamiento, que se comprometió a poner unas rejas en estos soportales antes de las elecciones y que ahora se desentiende".

Este mismo vecino dice que cuando se produjo el incendio hace unas semanas, se quedaron inaccesibles el garaje de estas comunidades por la humareda que había en ellos.

Otra de las mujeres señala que teme que se pueda originar un incendio aún mayor y que pueda haber mayores destrozos materiales e incluso humanos. Catalina Cárdenas recuerda que ya se han apagado hasta tres fuegos: "Con los cartones que han puestos, fuman debajo de ellos, por lo que cualquier día va a haber una desgracia". El vecino anterior no entendía que su hijo pequeño tenga que presenciar a gente defecando a la vista e todo el mundo, peleas entre ellos o consumiendo droga.

Esto ha llevado a que haya gente que prefiera dar un rodeo por el Campo del Sur y desechar pasar por estas escaleras, donde suelen pernoctar unas siete personas entre las cuatro zonas que hay. Esto se agrava también cuando se producen los desalojos de los bajos del balneario de La Palma, ya que muchos terminan finalmente desplazándose hasta la calle Doctores Meléndez.

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