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Debate sobre cádiz ¿QUÉ CIUDAD QUEREMOS? (IV)

La ciudad y el mar

  • El borde marítimo de Cádiz se ha llenado en apenas unos años de proyectos de gran interés · Las diferencias entre las administraciones dificultan el desarrollo de parte de ellas

El debate abierto por Diario de Cádiz días atrás para definir el modelo de ciudad que se quiere para las próximas décadas ha aportado una idea común que no por previsible debería hacer reflexionar a quienes son responsables de la gestión pública, y que por ello tienen en sus manos la posibilidad de hacer realidad lo que en estos días han sido sólo deseos de los ciudadanos.

La apuesta por el mar, por recuperar la vieja y estrecha relación que Cádiz y el mar han tenido durante siglos, ha estado presente en buena parte de las respuestas de este debate sobre nuestro futuro como capital. La historia ha dejado escrita que las épocas más brillantes de la ciudad se han vivido cuando su relación con el mar ha florecido con un comercio que ha traído riqueza y cultura y que sólo cuando se ha apostado por otras formas de crecimiento, incluso cuando éste ha podido sustentarse también con medios relacionados con este medio, como el de la construcción naval, la bonanza ha sido cíclica y artificial.

Afortunadamente, en los últimos cuatro años las distintas administraciones públicas parecen que han asumido la relevancia que el mar debe tener para una ciudad con un suelo casi agotado y sin posibilidad de contar en su territorio con empresas que den trabajo y futuro.

Son ideas, algunas ya en fase de hacerse realidad, que unen empleo, negocio, ocio, comercio y cultura. Es decir, todos los ejes sobre los que se debe sustentar el desarrollo del Cádiz que queremos para el siglo XXI.

Hace apenas unos días, la Demarcación de Costas ponía sobre la mesa la penúltima idea para este nuevo concepto de ciudad: la creación de una pequeña playa en la entrada a la Punta de San Felipe. Serían cerca de 25.000 metros cuadrados de playa en pleno casco antiguo en una actuación nacida con polémica, pues en un principio se habló de una playa a lo largo de toda la Alameda, y que por el momento aguanta la negativa del Ayuntamiento.

En todo caso, es una idea más para el desarrollo urbano. Como lo es el proyecto que el nuevo Plan General de Ordenación Urbana, actualmente en elaboración, plantea para toda la Punta de San Felipe.

En, sin duda, una de las apuestas más ambiciosas de las realizadas por el equipo de gobierno del PP. En un terreno infrautilizado, que en su momento dejará de tener el valor actual una vez construida la nueva dársena de Levante, el Ayuntamiento pinta un gran espacio dedicado al ocio y al mar. Salvando las distancias, se compara a lo que el Maremagnum ha significado para un puerto barcelonés reactivado tras la Olimpiada de 1992. Compartiendo suelo con negocios y comercios relacionados con las actividades náuticas y de cruceros, sobre las que debe crecer nuestro puerto, se pintan también museos navales y grandes acuarios, ideas que, en todo caso deberán de tener en cuenta fracasos pasados de proyectos similares. El PSOE, por su parte, también maneja aquí un espacio relacionado con las actividades marítimas pero centra su apuesta en la creación de una Gran Plaza del Mar, otra de las grandes ideas, junto a la municipal de la Punta, de vital necesidad para la ciudad. Un espacio abierto en todo el frente de Canalejas, símbolo definitivo de la unión de Cádiz y sus muelles.

Mientras que las diferencias políticas dificultan el inicio de estas actuaciones, la Autoridad Portuaria sí desarrolla su proceso de expansión más ambicioso de su centenaria historia. El dique de Levante creará espacio suficiente para los próximos treinta años de desarrollo portuario y permitirá transformar el muelle Reina Sofía en el gran puerto para cruceros turísticos.

Pero el mar rodea todo Cádiz. En Puerta Tierra, Ayuntamiento y Autoridad Portuaria coinciden en la bondad que la avenida de la Bahía tiene como punto de atraque para veleros. La cuestión será quién lo sacará adelante. Mientras, la Zona Franca idea en su muelle un espacio para el cuidado de estos barcos. Y junto a ello, la unión de Puntales con Astilleros mediante un paseo marítimo descubre para la ciudad un nuevo balcón a la Bahía, mientras que en Santa Bárbara, el último gran solar sin valor para la ciudad en el casco antiguo, se anuncia ya el inicio de su recuperación como otro espacio abierto al mar.

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