Exposición en las Bóvedas de San Roque

La censura en la prensa del siglo XX

  • En la muestra del 150 aniversario de 'Diario de Cádiz' se pueden ver las órdenes dictadas por los diferentes regímenes en cuanto a la publicación de los textos

Visitantes de la exposición 'Nuestra historia es Cádiz' observando el panel de la censura en los medios.

Visitantes de la exposición 'Nuestra historia es Cádiz' observando el panel de la censura en los medios. / almudena torres

La muestra Nuestra historia es Cádiz con motivo del 150 aniversario del Diario, que se puede visitar en el Museo Litográfico, Bóvedas de San Roque, hasta el 31 de diciembre, dedica un espacio al papel de la censura en los medios de comunicación durante el siglo pasado. Paneles explicativos con textos tanto en español como en ingles, muestras fotográficas y documentos oficiales narran la historia de la época más difusa del periodismo español.

En la exposición se puede hacer un recorrido por las trabas puestas a la libertad de prensa etapa tras etapa. Nada más cumplidos los primeros 50 años de existencia, el propio Diario de Cádiz fue víctima de la censura. El primer artículo acallado por el enemigo de la libertad de expresión, se publicaba en las páginas del periódico el 1 de abril de 1917, con sus respectivas modificaciones.

La situación empeoraba una vez llegada la II República española. El diario liberal y regeneracionista, El Sol, publicaba el 21 de octubre de 1931, la Ley de Defensa de la República, que consideraba en su artículo primero, un acto de agresión al nuevo régimen el de todo aquel que "difundiera noticias que pudiera romper el crédito o perturbar el orden público". Todo texto censurado, según puede leerse en los paneles de la exposición, aparecía en blanco en las páginas del periódico.

Con el golpe militar del 18 de julio de 1936, que desembocaría en la Dictadura Franquista, se alejaba cualquier esperanza de recuperar la libertad de expresión. Se creó la Oficina de Prensa y Propaganda controlada por la Falange, y, en 1938, Ramón Serrano Suñer elaboró la Ley de Prensa del nuevo régimen, mediante la cual se imponía la censura previa de todos los medios de comunicación, iniciando así unos 40 años de control de las publicaciones por parte del poder. Concretamente en Cádiz, explica un panel de la exposición, los textos elaborados por los periodistas del Diario, tenían que ser leídos por los censores a los que había que llevar los artículos a la plaza San Antonio, donde se encontraban sus oficinas, para que los aprobaran y los escritos pudieran entrar a máquinas. Las consignas para censurar los textos eran de lo más variado, por ejemplo una de las que pueden verse en la exposición es la nº 5561 que sentencia lo siguiente: "Quedan prohibidas las entrevistas con españoles regresados de Cuba". Ya durante los años 60, una vez perdidas las colonias españolas en África, el delegado provincial emitía ordenes al Diario dictaminando que "no se hablara de Colonias Españolas sino de Provincias Africanas" y que no se llamara a sus habitantes "negros sino hombres de color". Estas consignas eran muy estrictas en todo lo que tuviera que ver el dictador o la familia real, que por aquellos entonces se encontraba en el exilio.

El Diario de Cádiz estuvo a punto de desaparecer tras una orden dictada por Serrano Suñer en 1938. En ella, se informaba a Federico Joly Díez de la Lama de que el Diario tenía que fusionarse con Águilas, un periódico recién nacido de la Falange en Cádiz. Esta medida no se llevó a cabo y Águilas no tardó en desaparecer.

Si se infringían los dictámenes del poder, el director y el periódico eran sancionados. Ese fue el caso del Diario, en 1941, que fue castigado con una multa de 4.500 pesetas al medio, y 500 pesetas al director por publicar "puño en alto" en vez de "puñales en alto". En una época militarizada marcada por una dictadura de extremo derecha, errores que simbolizaran algún desafío al régimen -como es el caso del puño comunista- eran duramente castigados. Otra sanción, por el importe de 2.000 pesetas que llegó al Diario fue por escribir mal la palabra Franco. Estas cuantías ponían en riesgo la estabilidad del periódico.

Sin embargo, según se muestra en la exposición, el filtro de la censura a veces aflojaba la mano. Es el caso de la vez que se escribió "Marcha te Franco" en lugar de "Marcha de Franco" que no se sancionó sino que quedó en apercibimiento grave.

Años más tarde, en 1966, se abolió la censura previa pero se siguió manteniendo un control estricto de todo lo publicado.

Ya con la llegada de la democracia llegó la Ley de Libertad de Expresión, rescatando así esos valores que ya se creían perdidos desde la Ley de 1883.

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