Cádiz

El casco antiguo choca contra el tráfico

  • Pontevedra puede ser un buen ejemplo de ciudad cuyo casco histórico se ha ido peatonalizando progresivamente

  • Es un valor añadido para el turismo

Dos mujeres pasean por una calle del casco antiguo con circulación.

Dos mujeres pasean por una calle del casco antiguo con circulación. / JESÚS MARÍN

La ciudad de Pontevedra se ha convertido en un referente internacional por su apuesta, rotunda, por la peatonalización de su casco histórico y por la conversión de su casco moderno en una zona más habitable, con un control estricto del tráfico privado. El proceso, iniciado hace ya quince años, es alabado y estudiado por media Europa y copiado por capitales del norte del continente, donde más se ha avanzado en las ciudades habitables.

Lo cierto es que la receta seguida por Pontevedra, con el apoyo decidido de sus vecinos, no es nada nuevo: peatonalizar calles y plazas de la zona histórica, eliminar las barreras arquitectónicas, apostar por el transporte público y el uso de la bicicleta y, tal vez como elemento más peculiar, apostar por los más pequeños, creando lo que se denomina 'rutas escolares seguras', entre otras medidas.

Cádiz, a pesar del notable proceso de peatonalización realizado en la última década en intramuros, tiene un recorrido por hacer aún muy largo para alcanzar los objetivos conseguidos en Pontevedra, y a los que poco a poco se le unen ciudades como Pamplona o Vitoria. La amplitud de su casco, su elevado número de habitantes (más de 30.000 vecinos para un kilómetro cuadrado de extensión de la zona residencial), y su función administrativa, como sede de las principales instituciones de la provincia, hace que sea el principal polo de atracción de la capital, con lo que ello supone de movimiento peatonal y de tráfico rodado.

El último estudio oficial sobre la circulación rodada en la ciudad, de 2012 con motivo de la redacción del Plan de Movilidad Urbana, cifra en 17.530 el número de coches que cada día atravesaban la avenida del Puerto, sólo superada por la Avenida, que a la altura del Hospital Puerta del Mar daba un registro de 22.700 automóviles diarios. El dato de intramuros sin duda se habrá incrementado tras la apertura hace año y medio del puente de la Constitución de 1812, pues antes del mismo la avenida de Astilleros soportaba una afluencia cada jornada de 9.000 coches. En cuanto a la circunvalación del casco antiguo, los datos del mismo informe elevaban la cifra a algo más de 8.000. Todo ello supone que un día normal se mueven por intramuros cerca de 30.000 autos.

Aunque las cifras son elevadas, el tráfico no colapsa al casco antiguo, algo que si en parte podía considerarse como una noticia positiva, ofrece también un planteamiento contrario a la idea de una ciudad más sostenible. El propio Plan de Movilidad incidía en esta idea: "La situación en el interior de la ciudad no es muy caótica ni se llega a niveles de congestión que existen en otras ciudades, lo que conlleva una desventaja frente a la movilidad sostenible, ya que aún se hace atractivo el uso del vehículo privado ya que los tiempos de desplazamientos siguen superando al tiempo de desplazamiento de medios más sostenibles como el transporte público. La ciudad de Cádiz no llega a saturarse ni congestionarse, y eso supone un reclamo al uso del vehículo privado". El documento, elaborado durante la última etapa de gobierno del PP, proponía por ello adoptar medidas "para evitar el aumento del uso del coche, penalizando en cierta medida los tiempos de desplazamientos y la comodidad de su uso".

En ese sentido van las medidas que desde el actual gobierno municipal se plantean para mejorar la calidad de vida del casco antiguo, priorizando las bolsas de aparcamiento para residentes, trasladando a la circunvalación una parte de la carga y descarga y los estacionamientos para motos e incrementando las vías peatonales, como se hará ya en la trasera del mercado central de abastos y en que será uno de los referentes de la política municipal en esta materia: las actuaciones en las plazas de España y Argüelles.

Actualmente, el casco antiguo de Cádiz cuenta con unas 4.700 plazas de aparcamiento público. La última operación se desarrolló en suelo portuario, con un estacionamiento para más de 500 plazas. La próxima actuación será dentro del Plan Plaza de Sevilla. Descartado ya un subterráneo bajo la avenida de Astilleros, se urbanizará suelo también del puerto como bolsa de aparcamiento a la entrada de intramuros, a la vez que desaparecerá la existente junto a la estación ferroviaria (que en parte se reubicará frente a la terminal de 1905) para dar paso a una zona verde.

Intramuros cuenta también con unas 5.000 plazas de aparcamiento en superficie y unas 600 entre la zona azul y la naranja. Una parte de las existentes en la ronda de circunvalación se verán afectadas por la ampliación del carril bici, mientras otras se tocarán afectadas por la peatonalización o por la apuesta por el aparcamiento para residentes.

Frente a otras ciudades, el casco histórico de Cádiz está formado en su mayor parte por calles muy estrechas y por plazas también de superficie muy limitada por lo que el paso por ella del tráfico rodado supone un importante trastorno para el peatón, ya sea el visitante como el residente.

En Pontevedra, a medida que avanzaba la peatonalización integral de su casco histórico, fueron los propios comerciantes de la zona los que pedían que se agilizase la supresión en sus calles del tráfico rodado. Vieron en ello una oportunidad de negocio. El tiempo les dio la razón. A la vez, quienes se mueven en el sector turístico de calidad, el que va un paso por delante del turismo de cruceros, advierten de la necesidad de ofrecer una ciudad "amable" para el visitante con recursos: esto es, además de limpia, bien iluminada, con edificios en buen estado, y también sin la contaminación acústica y ambiental que provoca un tráfico desmesurado. Prefieren, dicen, las calles y plazas que inviten al paseo. E incluso cada vez son más los que, durante estancias de más días, apuestan por la bicicleta como medio de visita por la ciudad.

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