La ciudad Explosión en una casa de la calle Barbate

La batalla diaria de los Guerrero

  • Hace dos décadas malvivían hacinados en una única habitación de 6 m2 en Santa María. El alcalde Carlos Díaz les buscó una casa en la barriada de La Paz, ahora parcialmente destrozada por una explosión de gas

José Guerrero y Antonia Jiménez se llevaron ayer casi todo el día de papeleo y despachos. Buscaban, primero, un lugar donde dormir seguros; y después, ayuda para arreglar su casa. Una explosión de gas había provocado la noche anterior serios daños en una vivienda de la calle Barbate, propiedad de la Junta, en la que residen desde principios de la década de los noventa.

José y Antonia vieron de pronto retroceder sus vidas veinte años, cuando ocupaban una ¿casa? de apenas seis metros cuadrados. Una habitación en un bajo de la calle Santo Domingo. Con una única litera, sin aseos. Sin nada. Sólo ellos dos y seis pequeños.

Agosto de 1989. Diario de Cádiz publica un informe sobre la infravivienda, antes de que este problema se aupase a los primeros puestos de la preocupación de las administraciones públicas en la ciudad. Como ejemplo, la familia Guerrero Jiménez. "Una destartalada litera, tres muebles, una silla, un pequeño frigorífico y un hornillo sobre el cual hay una pequeña olla quemada ya por un uso excesivo, son los bienes materiales de la familia. Tienen la fortuna de contar con luz eléctrica pero adolecen de agua corriente", relataba el reportaje de este periódico ilustrado por una foto familiar donde, a pesar de la miseria, algunos de los pequeños aún eran capaces de esbozar una sonrisa. Imagen captada por Joaquín Hernández Kiki que formó parte de la reciente exposición organizada por el reportero gaditano. Fue una de las más comentadas de la muestra, como ejemplo de un Cádiz que dejaba traslucir todas sus tragedias e injusticias.

José Guerrero presentó los papeles para hacerse con uno de los pisos sociales que se construyeron, a principios de los noventa, en la calle Barbate, en la barriada de La Paz. Se despistó y presentó la documentación fuera de plazo. Sólo la intervención del entonces alcalde, el socialista Carlos Díaz, permitió que su caso se aprobase de forma excepcional, como excepcional era la situación de esta familia. Y allí se fueron. "Ese día nos vinimos todos a la barriada (desde Santa María) andando, sin comer, porque no podíamos esperar. Hasta los niños durmieron esa noche sobre alfombras porque no querían irse, y se bañaron vestidos. ¡Esto es un palacio!". El entusiasmo era de Antonia y lo recogía otro reportaje publicado en estas páginas en 1996, siguiendo los pasos de la familia.

El tiempo ha pasado. A punto de cumplirse veinte años desde aquel primer documento, Diario de Cádiz trabajaba ya en un tercer reportaje sobre la familia Guerrero. Por el camino se cruzó una explosión de gas que ha dejado la casa medio destrozada y a la familia de nuevo temerosa por revivir viejos tiempos ya pasados.

En la foto de familia ya no está la hija Antonia, ya fallecida, aunque a la misma se ha agregado la más pequeña del grupo, Nazaret. Cuenta con apenas nueve años y ayer intentaba reponerse del susto de la explosión. La deflagración se produjo cuando se encontraba en el salón de la vivienda, un dúplex. Ha sufrido diversas quemaduras en las manos, nariz y cuero cabelludo, de las que fue atendidas en el Hospital.

Como en 1989, como en 1996, tanto José Guerrero como Antonia Jiménez no cuentan con un empleo fijo. Junto a la pérdida de su hija Antonia, la mayor, Vanessa, vive ahora con su pareja. Pero aún hay muchas bocas que alimentar y muy pocos ingresos.

"Mis padres apenas logran unos 30 euros al día vendiendo cupones. Y con ese dinero tenemos que comer", destaca Jesús que en las dos fotos 'de familia' muestra una cara risueña y avispada y que ahora reconoce que está intentando meterse "en algún curso de formación para conseguir algún título de trabajo". El dinero que recibe es mínimo, pero algo ayuda para la familia.

Ayer, la Junta de Andalucía localizó para la familia Guerrero alojamiento en una pensión de la ciudad. Durante la jornada de hoy, comentaba a este diario José Guerrero, la administración regional iba a buscar una vivienda provisional mientras se arreglan los desperfectos en Barbate.

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