YER se verificó la inauguración oficial del astillero y dique Vea-Murguía, en cuya grada mayor se habrá de poner la quilla del acorazado Emperador Carlos V. Este dique es uno de los mayores existentes en todo el continente y se ha levantado en los terrenos denominados Corrales Punta de la Vaca, próximos a la estación de ferrocarril, ocupando una superficie total de 414.886 metros cuadrados, los cuales en su mayoría han sido ganados al mar, estando separado de éste por un muro de circunvalación de una longitud de 1.850 metros con un espesor de un metro y veinte centímetros.

Ayer con gran alborozo, dada la importancia que la obra tiene para la ciudad, se celebró el acto inaugural, asistiendo las primeras autoridades junto con los propietarios del establecimiento, los cuales mostraron a las diversas personalidades todos los talleres y dependencias de que consta esta gran factoría. Posteriormente se pasó a la grada desde donde se procedió la botadura del remolcador Nuestra Señora del Rosario, primer buque construido por los operarios de esta industria.

El crucero Carlos V, de 7.000 toneladas, tuvo un coste de 15 millones de pesetas

Luego todos los invitados fueron agasajados con un ágape, brindándose por la prosperidad de este nuevo establecimiento y la de la ciudad. La dirección comunicó que el próximo día 15 se pondrá en la grada número 3 la quilla de un torpedero de 750 toneladas, cuyas piezas se están construyendo en la actualidad en los talleres, habiéndose efectuado una instalación con carácter provisional para dar cobijo a las fraguas y tornos, en tanto se concluyen las obras que se están llevando a cabo para ultimar lo que será el taller de maquinaria.

Los hermanos Vea-Murguía, pertenecientes a una de las familias con más historia de la ciudad, se meten en esta costosa inversión sin contar con capital suficiente para afrontar tal riesgo y, sobre todo, sin conocer el complicado mundo de los negocios industriales. Cuando económicamente no puedan seguir adelante y todo se pare llegará Horacio Echevarrieta.