La abundancia de pescado en Conil ha logrado resolver el problema de las subsistencias en la zona. Con los artículos de primera necesidad con precios elevadísimos, la abundancia de pescado, sobre todo sardinas, en Conil ha facilitado la vida de las clases más modestas.

Días pasados se llegaron a recoger en las playas tal cantidad de sardinas que hubo que dejar muchísimos kilos tirados en la arena porque no había carrillos ni burros para llevarlas a los pueblos inmediatos.

¡Qué lástima de riqueza tan mal explotada!

Si en ocasiones, como las de este verano pasado, hubiera medios y elementos para conservar esa pesca o para transportarlas a otros mercados, ¿cuánta ganancia produciría?

¿Y si el ferrocarril llegara a Conil? ¿Y si Conil contara con un puerto adecuado, numerosos barcos y fábricas de conservas? Habría trabajo para los numerosos braceros y las inversiones serían beneficiosas para todos.