El mayor espectáculo del siglo, como ha sido bautizada ya la Exposición Universal de Sevilla, fue inaugurada ayer oficialmente por los Reyes de España, en el transcurso de un solemne acto.
Será la última exposición universal de este siglo, un delirio de técnica y saber, desplegado a lo largo y ancho de las 215 hectáreas de la isla de la Cartuja que podrán disfrutar más de millón y medio de visitantes.
Un total de 110 países tratan de mostrar al mundo que son y a qué aspiran a convertirse en este final de siglo. Todo ello en un simpar paraíso del ingenio que ha costado 800.000 millones de pesetas, una de las inversiones mayores realizadas en nuestro país.
Finalizado el discurso del Rey, las campanas de Sevilla fueron lanzadas al vuelo en señal de saludo al mundo.
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