Anne Hidalgo

La alcaldesa de La Isla que se llevó una playa al Sena

  • Su gestión en París, marcada por el impacto ciudadano de los atentados de 2015, se ha centrado en librar a la capital de su aire asfixiante

Si en alguien se ha fijado Manuela Carmena a la hora de llevar una gestión medioambiental en Madrid ha sido en Anne Hidalgo. Siguiendo el legado de su antecesor, Bertrand Delanoë, el gran objetivo de Anne Hidalgo como alcaldesa de una ciudad de 10 millones de habitantes que es también la más visitada del mundo (27 millones de turistas al año) ha sido librar a la capital francesa de esa boina asfixiante de contaminación que la cubre. 48.000 personas mueren prematuramente cada año en Francia a causa de la contaminación atmosférica, la mayor parte de ellos en París. Es la tercera causa de muerte en Francia después del tabaco (por cierto, bajo su mandato se ha instaurado la multa de 68 euros por tirar una colilla en la vía pública) y el alcohol.

Por eso su batalla contra el tráfico rodado ha sido decidida, lo que le ha traído muchas críticas. Fue la primera en Europa en aplicar medidas como la circulación de vehículos en días alternos por matrículas, lo que ha dificultado el acceso desde la banlieu, que es como se conocen las afueras. Al ser trabajadores los que intentan acceder desde el extrarradio, los más críticos acusan a Hidalgo de haber blindado el centro para sus habitantes, los bobós, burgueses y bohemios.

Precisamente esos distritos de extrarradio, los que van del XVII al XX, han sido tradicionalmente el principal vivero de votos de los socialistas, lo que equivaldría al cinturón rojo parisino. Aunque esas denominaciones ya no tienen mucho que ver con el presente tras la irrupción del ultraderechista Frente Nacional en los barrios de izquierda, lo cierto es que a Hidalgo, sin mirar réditos electorales, no le tembló el pulso cuando tuvo que enfrentarse a la que entonces era ministra de Medio Ambiente, que se oponía a la medida. Bien es cierto que esa ministra se llamaba Segolene Royal, con la que Hidalgo no mantiene buenas relaciones, por decirlo de manera suave.

Ofreció además alternativas imaginativas como la gratuidad del transporte público durante los días de mayor contaminación, promocionar alquileres de coches eléctricos o el abaratamiento de los alquileres de bicicletas. Su filosofía fue explicada de manera tajante en un llamamiento a los parisinos: "Las ciudades deben abandonar los coches privados contaminantes".

Dentro de esa preocupación por el Medio Ambiente, y habiendo convertido a París en un símbolo de la lucha contra el calentamiento global con la Cumbre de 2016 y su exitosa declaración hasta que llegó Trump y la despojó del calificativo, hay proyectos ya hechos realidad que se encaminan en esa dirección. Una de ellas es la playa del Sena, que roba espacio a los vehículos para entregárselo a los caminantes. Su idea es acabar su mandato habiendo convertido en zona abierta toda la orilla que va de La Bastilla a la Torre Eiffel, una vez que ya se conquistó el área que va desde el Louvre a Notre Dame, todos ellos territorios de devoción turística.

Pero si algo ha marcado su alcaldía ha sido el shock ciudadano que siguió a los atentados de noviembre de 2015, que tuvo su pasaje más sangriento en la matanza de la discoteca Bataclan durante el concierto de los californianos Eagles of Death Metal. Hidalgo se puso al frente de una tarea titánica por la recuperación de la normalidad en la ciudad y lo hizo con discursos cargados de emotividad y de llamamiento a los valores tradicionales de la República en un momento de peligroso crecimiento de la xenofobia, ya muy latente lejos de París, dentro de la cosmopolita capital. "No tememos, ni tampoco respetamos, a nuestros enemigos, pero debemos temer los sentimientos que podrían suscitar en nosotros: el sentimiento del miedo que desnaturaliza, de la cólera que desfigura y de la duda que divide. No les daremos la satisfacción de tener miedo, sino que nos encontrarán con la guardia alta. No les daremos la satisfacción de la cólera, sino que nos encontrarán implacables. No les daremos la satisfacción de dudar, sino que nos encontrarán apegados a este diálogo democrático que tanto odian", dijo tras aquella noche que ya siempre marcará la historia de París.

En la crisis de los refugiados, Hidalgo también se significó, y ante el holocausto sirio anunció que se levantaría un campo de refugiados -"campo humanitario", lo llamó ella- en la capital y así se hizo. Francia, como el resto de los países europeos, no ha acogido a los refugiados que se comprometió y, de hecho, ella misma se lo afeó a François Hollande, denunciando que el Gobierno no estaba poniendo los medios necesarios para ayudar en este éxodo masivo de personas que huían del infierno. Su gesto mostró el talante que Hidalgo muestra respecto al papel de acogida que debe tener Europa frente a los que quieren menos Europa y con las fronteras cerradas. El primer centro lo instaló en el norte de la ciudad, en la Puerta de la Chapelle.

También bajo su mandato se han realizado continuos guiños a España. Los homenajes a La Nueve, la brigada de combatientes republicanos españoles que fue la primera en entrar en el país liberado culminado en junio de 2015, cuando, en presencia de Felipe VI, inauguró un nuevo espacio público que ya lleva el nombre de Jardín de los Combatientes de La Nueve. Ella mismo reveló que era una idea que hacía tiempo había entre los parisinos: "Fue un exvicealcalde de Chirac, un hombre de derechas, quien me dijo cuando todavía era una concejal del Ayuntamiento de París: Anne, tienes que conseguir que a estos hombres se le reconozca su historia".

Además, Hidalgo ha fomentado los lazos de unión con las alcaldesas de las dos grandes ciudades españolas, Madrid y Barcelona, ninguna de ellas socialista. Pero la química de Hidalgo con Carmena y Colau es evidente y ya han tenido varios encuentros. Tienen una idea de ciudad parecida en el sentido de desterrar los coches, ordenar el turismo. Hidalgo quiso tener a Carmena en el comité directivo de C-40, un foro que preside la alcaldesa de París y al que se han sumado ochenta grandes ciudades, que se comprometen con el desarrollo sostenible y a la lucha contra el cambio climático. A Colau le ha dedicado palabras de elogio y ha afirmado que "admiro la autenticidad de Ada y su dinamismo. Ha traído una frescura democrática que me gusta mucho. Cuando ganó dije, aquí llega una mujer que va a aportar algo nuevo y con la que vamos a llevarnos muy bien". Colau respondió elogiando de Hidalgo "la capacidad de ejercer un liderazgo fuerte, pero amable y cooperativo, lo que podríamos llamar la feminización de la política".

La otra alcaldesa española a la que sigue Hidalgo es a Patricia Cavada, la regidora de San Fernando, su pueblo, a la que le pide que no se olvide de su barrio de la infancia. A cambio, Cavada ha prometido ser la Anne Hidalgo de La Isla.

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