Cádiz

Tiroteo mortal en Puerto Real

  • Una joven fallece y otras tres personas resultan con heridas de gravedad por los disparos habidos en dos viviendas de El Marquesado · La Policía cree que es un ajuste de cuentas y busca a dos individuos

La joven Tamara Leyton Agüera, de 19 años de edad y madre de una niña de apenas cinco meses, perdió la vida en la madrugada de ayer en un doble tiroteo registrado en dos viviendas diferentes del núcleo rural de El Marquesado, en el término de Puerto Real. Otras cuatro personas resultaron con heridas de diversa consideración y al cierre de esta edición tres de ellas permanecían ingresadas en estado grave aunque estable en el Hospital puertorrealeño.

La Policía mantuvo activo durante todo el día de ayer un amplio despliegue por todo el término municipal para intentar detener a los autores de los disparos y que, según revelaron testigos presenciales, huyeron de la zona en un turismo de color oscuro en dirección hacia el casco urbano de Puerto Real. Estas detenciones no habían fructificado al cierre de esta edición. Tampoco fue confirmado de manera oficial el rumor de que los asaltantes habían abandonado el vehículo en el que viajaron a El Marquesado en la zona trasera del Hospital Clínico.

La investigación, que está dirigida desde la Comisaría de Policía de El Puerto, se inclina a pensar que el móvil del crimen fue un ajuste de cuentas, aunque se desconoce el motivo concreto. El Juzgado de guardia de Puerto Real que instruye el caso ha decretado el secreto de sumario.

Los dos tiroteos tuvieron lugar con menos de media hora de diferencia y en dos casas de El Marquesado distantes en poco más de dos kilómetros. Sus propietarios no tienen parentesco y ni siquiera se conocen, según aseguraba ayer uno de los heridos.

De los 14 perdigonazos que se calcula que dispararon los asesinos con una escopeta de caza, la mayor parte de ellos tuvo lugar en el segundo asalto, que fue en el que se produjo la víctima mortal y la mayoría de los heridos por arma de fuego.

Fue minutos antes de las dos de la madrugada cuando estos dos desconocidos -no se sabe aún si portando una o dos escopetas- accedieron a una vivienda rural ubicada en el carril Zurraque, entre El Marquesado y la zona de La Chacona. En la puerta fueron descubiertos por Tamara Leyton Agüera, que se asomó al exterior de la vivienda alertada por los ruidos que había escuchado. Al verlos armados se dio la vuelta intentando huir, recibiendo a bocajarro uno o varios disparos por la espalda que acabaron con su vida casi de inmediato. El cadáver de la joven, que el próximo mes de septiembre iba a cumplir 20 años, fue trasladado al hospital Puerta del Mar de Cádiz, donde está previsto que hoy se le practique la autopsia antes de darle sepultura.

Los asaltantes dispararían luego a Francisca Agüera, de 65 años y madre de la fallecida, a José Leyton Agüera, de 22 años y hermano de la víctima mortal, y a un menor de 14 años cuyo parentesco no fue desvelado ayer. Los dos primeros tuvieron que ser trasladados al Hospital de Puerto Real, donde fueron intervenidos quirúrgicamente de manera satisfactoria. La mujer fue operada por los daños ocasionados en el abdomen, mientras que su hijo, que pasó antes por el hospital de la capital gaditana, fue intervenido por la tarde en el Clínico para corregir una perforación intestinal.

En cuanto al menor, acudió a este mismo centro hospitalario por heridas leves de perdigones, siendo atendido por el personal médico y recibiendo el alta poco tiempo después, sin necesidad de quedar ingresado.

Este asalto en el carril Zurraque tuvo lugar entre 20 ó 30 minutos después de un primer tiroteo localizado en otra vivienda de El Marquesado ubicada en la calle Colibrí y que dista más de dos kilómetros de la otra vivienda atacada. En este lugar fue herido en el muslo, dañando gravemente la arteria femoral, Manuel Sánchez González, de 48 años de edad, soltero, natural de San Fernando y militar retirado.

Este hombre también escuchó ruido en el exterior de su domicilio, en el que vive solo. Al asomarse a la puerta, se topó de lleno con dos desconocidos que le dispararon hasta tres veces. Una de las balas le rozó la cabeza, otra el cuerpo y otra le dio de lleno en su muslo derecho. Pese a la mucha sangre que estaba perdiendo tuvo fuerzas para llamar a una hermana suya, que alertó con posterioridad a la Policía y a los servicios de emergencia que acudieron en su auxilio.

La investigación que lleva a cabo la Policía Nacional parte de la base de que los autores de los disparos en la calle Colibrí y en el carril Zurraque son los mismos. Sin embargo, son muchas más las incógnitas que se plantean para establecer el móvil de ambos asaltos.

Aunque no se descarta a priori ninguna hipótesis, y aunque es cierto que son muy asiduos los robos en viviendas de esta zona del diseminado puertorrealeño, la crueldad de los disparos y la saña con la que actuaron los asaltantes sitúan la opción del robo como una de las menos posibles. Más aún cuando ni los moradores de la vivienda del carril Zurraque, ni el de la calle Colibrí intentaron plantarles cara, simplemente procuraron huir para ponerse a salvo.

Más bien los investigadores se inclinan a pensar en un ajuste de cuentas, aunque su origen no está para nada claro. Lo que más confunde es que no hay relación alguna entre los propietarios de las dos viviendas asaltadas, un hecho que hace que no se descarte la hipótesis de que, si fuera cierto que se trataba de un ajuste de cuentas, los asesinos se equivocaran de víctimas, bien en uno o bien incluso en los dos casos.

El descubrimiento en el carril Zurraque de un número indeterminado de pies cultivados de cáñamo, una planta de cuyas hojas se obtiene grifa o marihuana y cuya savia desecada se convierte en hachís, abría la opción de pensar en un posible ajuste de cuentas motivado por un asunto relacionado por tráfico de drogas. Familiares de la víctima y de los heridos en este segundo asalto se apresuraban ayer a desmentir con rotundidad esta opción y apuntaron al robo como motivo del crimen.

Las dos fincas en las que se produjeron los disparos fueron analizadas minuciosamente por efectivos de la Policía Judicial de la Comisaría de El Puerto y por los de la Policía Científica de la Comisaría Provincial de Cádiz en busca de algún rastro que permitiera localizar a los autores de este doble tiroteo y el arma o las armas con que lo llevaron a cabo.

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