Cádiz

Satisfechos de haber salvado una vida

  • Los agentes de la Policía Local Antonio Dueñas Ledesma y Francisco Javier Novas Santiago evitan que un hombre se tire desde un tercer piso en el barrio de Loreto

Antonio Dueñas y Francisco Javier Novas, en la puerta de la comisaría de la Policía Local./Julio González

El agente de la Policía Local Antonio Dueñas Ledesma no olvidará jamás su último día como motorista de la Unidad de Tráfico. Él y su compañero Francisco Javier Novas Santiago vivieron ayer uno de los peores momentos de sus trayectorias profesionales, pero, a la vez, uno de los mejores, porque acabó bien: le salvaron la vida a un hombre que pretendía tirarse desde un tercer piso.

Ambos se encontraban en la zona de Santo Tomás, cuando, a las diez y cuarto de la mañana, "se recibió un aviso de la central diciendo que en el barrio de Loreto había un señor con intención de precipitarse desde el pretil de una ventana, en un tercer piso", relataron a este periódico.

Ellos se dirigieron de inmediato hacia el lugar indicado y cuando llegaron, vieron a un hombre mayor sentado en una ventana: "Lo vimos desde la calle, con todo el cuerpo hacia el vacío, y había vecinos intentando convencerlo de que no se tirara".

Optaron por subir. Ningún vecino de los que se encontraban en el bloque tenía las llaves de esa vivienda y los agentes avisaron a los bomberos para que abrieran la puerta. "Pero al ver que la situación era tan inminente y los bomberos podían tardar en llegar, decidimos tirar la puerta porque no cabía demora ninguna", contaba Antonio Dueñas. Francisco Javier Novas apuntó: "Afortunadamente, la puerta no era blindada y pudimos abrirla de una patada". Encontraron al hombre en la última habitación de la casa, sentado en la ventana y con las piernas hacia fuera.

Reconocían que fueron unos momentos muy tensos, porque cuando intentaban acercarse, el hombre hacía amago de tirarse. "No sabíamos cómo manejar la situación, porque no hay un manual para estas situaciones. Pero Antonio consiguió entablar una mínima conversación para distraerlo y ganar tiempo", contaba su compañero. "Y en un instante que vimos que se distrajo mirando para abajo, aproveché para acercarme y agarrarle del brazo. Con la ayuda del compañero conseguimos afianzarlo para que no se cayera y lo sacamos de la ventana entre los dos", recordaba Antonio.

En ese momento, ya habían llegado otros agentes que, desde la calle, intentaban convencer al hombre de que no se tirara.

Antonio y Francisco Javier avisaron a los familiares del hombre y al 061, que lo trasladó hasta el Hospital Puerta del Mar. Mientras llegaba la ambulancia, lo llevaron a casa de unos vecinos y le dieron una tila. En su cartera encontraron una nota en la que explicaba los motivos por los que había decidido tirarse.

Estos agentes consideraban que "hubo suerte, porque podía haber salido mal: desde que se hubiera tirado al acercarme o que se hubiera resbalado al agarrarlo", manifestaba Antonio.

Ambos policías aseguraron que ayer fue uno de los peores días de sus vidas "porque lo hemos pasado fatal, hasta que hemos conseguido que no se tirara". Pero después, sintieron "mucha satisfacción, porque salvar una vida o evitar que muera alguien es lo más importante que puedes hacer".

Contaban que los dos se habían encontrado anteriormente con situaciones similares, "pero tan al límite nunca. Desde la calle se veía claro que el hombre se iba a tirar y creíamos que no íbamos a llegar a tiempo", señalaba Antonio. Francisco Javier añadía que cuando llegaron, tuvieron que actuar muy rápido y determinar si tiraban la puerta de una vivienda, con todo lo que eso conlleva. "En diez segundos, teníamos que decidir algo que podía implicar como mínimo una llamada de atención profesional. Pero en este caso lo tuvimos claro. Y mereció la pena".

Antonio quiso destacar que la acción de ayer fue posible "gracias a una buena coordinación y colaboración entre todos los compañeros motoristas que acudimos".

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