Profesores diputados, alumnas piconeras, alumnos afrancesados. El Instituto San Severiano ha retrocedido doscientos años en el tiempo para recrear lo que Cádiz vivió en 1812. El proyecto de fin de curso del Departamento de Peluquería, Caracterización e Imagen Personal se ha basado en recuperar la estética del contexto de las Cortes de Cádiz y del imperio francés. Goyescos, bandoleros, curas, monjas, campesinos... todos los alumnos al servicio de la historia con disfraces que han conseguido gracias a donaciones de particulares e instituciones, aderazados con toques personales y el esfuerzo de estudiantes y profesores, todo ello coordinado por el docente Pablo Fontán.

Ayer tuvo lugar una gymkana en la que los alumnos, principalmente de Secundaria, pasaban diversas pruebas relacionadas con el Doce. Puestos con postizos de bigotes, perillas o patillas o peinados recogidos de la época fueron mostrados. En otra prueba, los escolares tenían, por medio de un salvoconducto, que ponerse un vestido de época y hacerse una foto en las cajas mágicas, contestar preguntas o incluso entonar una copla de principios del siglo XIX referente al asedio de los franceses y a la resistencia gaditana. Otros alumnos se dedicaban a pintar el famoso cuadro de la promulgación de la Constitución de 1812 en el Oratorio San Felipe Neri, obra de Salvador Viniegra. Mientras, se escenificaban sucesos de aquella época, con disparos de soldados franceses a gaditanos rebeldes, caracterizados éstos incluso con heridas abiertas.

Los alumnos de ciclo formativo que han realizado este proyecto de fin de curso no sólo se han centrado en la imagen ya que también han trabajado sobre el contexto de la época, poniéndose al día de lo que ocurrió en Cádiz hace dos siglos. "Hemos aprendido mucho sobre la Constitución. Estamos al tanto del bicentenario", comentaba ayer José Luis Montero, alumno de Peluquería. Vanessa Moraleda, estudiante de Caracterización, mostraba su satisfacción por haber podido poner en práctica lo aprendido en los dos últimos años. Sobre la historia, Vanessa señalaba que le había llamado la atención "las disputas de la época entre los diputados, como ocurre ahora en la política". Por su parte, su compañera Irene Barea se queda con la diferencia de clases. "Había mucha distinción entre ricos y pobres. Lo hemos comprobado en los trajes de entonces", explicó.

Así se clausuraban ayer en San Severiano las jornadas sobre el Bicentenario. Los estudiantes gaditanos, con iniciativas como ésta, podrán llegar al año que viene con una idea concreta del papel que Cádiz jugó en 1812 y lo que se jugará en 2012 y los años venideros.