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Carlos díaz medina. ex alcalde de cádiz por el psoe (1979-1995)

"Recibí muchas bofetadas en el PSOE por no pertenecer a ningún grupo"

  • El ex alcalde, que recibirá mañana el Drago de Oro del Ateneo, asegura que la negativa de su partido a que se presentara como candidato en 1995 fue "con premeditación y alevosía" y gestado "mucho antes"

Carlos Díaz Medina recibe mañana el Drago de Oro del Ateneo. Jubilado, asegura que nunca se aburre. Ahora una de sus pasiones es la fotografía. De hecho, interrumpe un par de veces la entrevista para interesarse por aspectos técnicos del trabajo del fotógrafo.

-Ahora no deja de recibir homenajes y reconocimientos. ¿Está siendo justo con su persona y su gestión el paso del tiempo?

-Me siento suficientemente recompensado con los 16 años en los que obtuve la confianza de los gaditanos en circunstancias muy difíciles. Si al cabo de los años soy objeto de un reconocimiento, claro que me satisface y lo agradezco. Pascual Maragall decía que cuando uno accede a la condición de ex, todo el mundo lo quiere. Cuando uno está en un cargo es lógico que esté sujeto a toda clase de críticas, pero yo voy por la calle y siento el calor de la gente.

-Usted es una especie de político muy rara. Lo habitual es que después de haber sido alcalde durante 16 años hubiera saltado de un cargo público a otro hasta su jubilación. Sin embargo, volvió a su puesto de trabajo. ¿No le llegaron a ofrecer nada?

-Lo único que me ofrecieron fue ser candidato a la presidencia de Diputación, pero no aceptaron mi propuesta y las condiciones no eran las más adecuadas. A mí lo que siempre me ha ilusionado y me hubiera gustado formar parte de la Comisión de Justicia en el Congreso para poder trabajar en las leyes procesales y haber aportado un granito de arena a la Ley de Enjuiciamiento. Siempre tuve ese sueño, pero nunca se cumplió.

-¿Se fue asqueado de la política?

-La política en mayúsculas nunca me ha asqueado. Sí te produce ese sentimiento aspectos concretos de las personas y actitudes de algunos. La política nunca se debe convertir en una profesión. No entiendo determinadas prebendas. Por ejemplo, ¿por qué un diputado o un ministro tiene que seguir cobrando después de estar en el cargo? ¿Y por qué no un concejal? Nadie debe tener esas prebendas.

-Pero de profesionales de la política hay a montones y en Cádiz muchos de ellos.

-Esa creo que es una de las grandes diferencias de los políticos de la transición con los de la época actual. Antes la simbología estaba más clara. Todo esto lleva a una actitud de pasotismo por parte de los ciudadanos hacia los políticos que al final se traduce en más abstención.

-¿Sigue usted militando en el PSOE?

-Sí, pago mi cuota religiosamente todos los meses.

-Desde su partido ha llegado otro tipo de reconocimiento. El secretario local y ex concejal de su equipo de Gobierno, Federico Pérez Peralta, sostuvo la pasada semana que el no permitirle ser candidato a las elecciones municipales del 95 había sido un error político, táctico y estratégico...

-¿Un error? ¡Eso fue hecho con premeditación y alevosía y se estaba gestando desde hacía mucho tiempo! A mí siempre me había fastidiado inscribirme en un grupo y en aquel entonces en el PSOE de Cádiz había varios. Lo peor es cuando el grupo se convierte en un sindicato de intereses partidarios. Como nunca me inscribí ni a los varguistas, ni a los peralistas ni a ninguno, al final las bofetadas me venían por todos lados. Algunos estaban diciendo que había que promover otra candidatura y la renovación. Pero lo real es que no se hizo en el momento adecuado ni se hizo con mano izquierda. Calificarlo de un error es un eufemismo porque la cosa venía desde mucho más lejos. Desde entonces ya me estaban moviendo el sillón.

-¿Por qué tenía tanto empeño en seguir?

-Yo escribí una carta a la ejecutiva local , a la provincial y a la federal en la que exponía en cinco puntos los motivos por los que creía que tenía que continuar. La última era más personal y subjetiva y es que en el siguiente mandato se iban a terminar algunos de los proyectos que había podido sacar adelante y que estaban ya financiados y me hacía ilusión.

-Pero eso no se tuvo en cuenta...

-Ni tampoco que yo había estudiado que en Cádiz el PSOE obtenía más votos en las municipales que en las autonómicas y nacionales. Ese informe se lo facilité a los responsables del partido, pero nada de nada. Además es curioso que los dos partidos hicieran encuestas y ninguno de los dos las dieran a conocer. En mi partido sólo me dieron una parte de la encuesta y después me enteré que se había hecho la misma para todas las ciudades de más de 50.000 habitantes donde también se valoraba la candidatura. Se demostró que allí donde se produjo una renovación del candidato el daño fue mucho peor que donde no se hizo. Es arriesgado quitar a un alcalde de la circulación. Es un riesgo innecesario.

-¿Alguien de su partido le ha reconocido personalmente lo del error?

-Nadie. Públicamente a lo mejor, pero a mí personalmente no. Creo que es necesario hacer un examen de conciencia y autocrítica. ¿Por qué se alejan los electores? ¿Por qué se ve que es necesaria una renovación y no se hace? ¿Por qué algunos están más preocupados de mantener el cargo que de otra cosa? Yo no he visto que se haya defendido mis proyectos y el PP se aprovechó de ellos en su primer mandato.

-A usted no le llevaron a la candidatura pero, ¿no empezaron a ponerle chinitas en el camino mucho antes, cuando las administraciones socialistas no terminaban de respaldar sus proyectos?

-A mí me movieron el sillón casi desde el principio. Me costaba mucho conseguir que se apoyaran determinados proyectos. Por ejemplo: para el Palacio de Congresos la Junta sólo dio 100 millones de pesetas. Al final tuvimos que llamar a las puertas de Europa.

-¿Y por qué ocurría eso?

-No quiero pensar mal y serían elucubraciones. Lo que sí tengo claro es que si pensaban que me castigaban a mí realmente lo hacían al propio partido y a la ciudad de Cádiz. Yo siempre he sido muy disciplinado y además defiendo esa disciplina de partido. Nunca he filtrado nada a los medios de comunicación y está claro que eso no me ha dado resultado. Incluso fui expedientado por defender la liberación del peaje. Los partidos son las entidades menos democráticas de todas.

-Si miramos las hemerotecas, vemos casi las mismas caras que hace 20 años. ¿Es necesaria de una vez por todas hacer una renovación?

-La renovación debe ser sustantiva en los candidatos, pero también en las actitudes, pero eso es muy difícil mientras se sigan manteniendo a las mismas personas. Con Griñán en Andalucía puede promoverse esa renovación. Manuel Chaves ha sido muy inteligente y lo ha entendido. Casi todas las capitales de Andalucía están gobernadas por el PP. Es hora de cambiar de política. Los hechos son muy tercos y nos están indicando que hay que ir a por una renovación en Andalucía. Si seguimos por el mismo camino no cambiará nada.

-Habla de renovación de candidatos. ¿Cómo cree que debe ser el que se presente por el PSOE a las próximas municipales?

-Lo primero que hay que definir cuándo se va a dar a conocer. Si fuera ya podría ser una persona menos conocida, pero si va a ser en septiembre u octubre del próximo año, como parece que va a ser, tiene que ser conocido, con experiencia política y con peso específico tanto en el partido como en lo institucional y, si también es en lo municipal, mejor.

-¿Sigue la vida y la actividad interna de su partido a nivel local?

-Como militante y punto. Veo las cosas desde lejos.

-¿Qué opinión tiene del expediente abierto a los críticos del blog Cádiz Socialista?

-Me parecen absurdos los expedientes. No veo que haya habido mala intención por parte de las personas de Cádiz Socialista. Hacía falta frescura, algo así. Además creo que le han dado una publicidad gratuita y lo que había que hacer es incorporarlos. Es la manifestación del estado de nervios ante la situación en la que se encuentra el partido en Cádiz.

-¿Qué le parece la actual gestión del partido, con Federico Pérez Peralta a la cabeza?

-Estoy muy apartado pero la gestión actual no se diferencia mucho de la de otros años. Sigue la misma dinámica. Hay que cambiar de estilo y de forma de ver la política, de una manera más cercana a los ciudadanos. Aunque el partido se ha movido bien, hace falta más contacto con los ciudadanos.

-¿A lo largo de estos 14 años que lleva fuera de la Alcaldía le han consultado algunas cosas de la ciudad, basándose en su experiencia?

-Claro que me he ofrecido, pero no para hacer compañía, sino para poner mi experiencia a disposición del partido. Me considero útil pero no se ha aprovechado. Pero, vamos, eso ocurre aquí y en todos los sitios.

-¿Cree que si usted hubiera sido el candidato la situación hubiera cambiado en 1995?

-Es posible. En coalición con Izquierda Unida lo mismo podríamos haber gobernado en coalición, pero eso nunca se sabrá.

-¿Habla usted ahora con más libertad que cuando era alcalde?

-Se habla con más libertad cuanto más alejado se está del cargo público. Cuando eres alcalde tienes que ser más ponderado teniendo en cuenta que tus palabras pueden tener un efecto no deseado.

-Mucha gente cuando trata de definirlo dice que fue un alcalde honesto. ¿Está de acuerdo con ello?

-La honestidad se presume del político como el valor del soldado. Cuando se habla tanto de honestidad es para preocuparse porque se ve que no es algo común. Tengo muy claro que la inmensa mayoría de los políticos son honestos.

-Si usted fuera alcalde...

-No haría la política urbanística que está haciendo el actual equipo de Gobierno. Se han hecho atentados graves como los chiringuitos. Además, el tema de la pérdida de población es muy preocupante por el perfil del que se va y se debería hacer algo. 30.000 habitantes menos son demasiados.

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