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El Museo empieza a creer en su futuro

  • Las coplas suenan en el Palacio de Recaño en una jornada en la que el alcalde hace de guía

Tran, tran, tran... suenan tres acordes en La menor y el Palacio de Recaño empieza a creerse que tiene alma de museo. En su otra vida, como conservatorio de música, había oído de todo, pianos, violines, chelos, obras de autores inmortales, pero hasta ayer, antes del mediodía, justo cuando el sol más se deja sentir en la calle Londres y el Merodio, un tango resonó en su auditorio y lo conquistó. Tran, tran, tran... Aquellos duros antiguos que tanto en Cádiz dieron que hablar... Era su majestad el tango que lo ocupaba todo en las voces del coro de Luis Rivero. 'El mayor espectáculo del mundo' llevó por nombre en el Carnaval de 2017, como constatación de que pocos espectáculos hay mayores que escuchar un tango en la plaza de las Flores. Cerquita de ella, apenas separado por una cuesta, con la más alta torre mirador oteando el horizonte de ese mar tan azul, tan nuestro, el Ayuntamiento quiere instalar el Museo del Carnaval.

Porque, aunque parezca increíble, Cádiz, la fábrica, la factoría de talento, la ciudad de la que maman artistas de todo el país, no tiene un museo para su fiesta grande. No se han puesto de acuerdo todavía oigan. Qué cosas. Ni patronos ni patrones. Así que el alcalde, que de Carnaval sabe un rato, se ha propuesto abanderar un proyecto hermosísimo. Y lo enseña con la ilusión del porvenir en sus ojos de niño chico, antes arrugados por sonrisas interminables y pasodobles agudos, ahora por las preocupaciones de saberse la primera autoridad de la ciudad que le quita las tapaeras del sentío. Lo hizo con la prensa primero, con políticos, con el rector de la UCA, con los que mandan en el Patronato del Carnaval... y le faltaban sus vecinos y vecinas, como le gusta decir. Así que, ni corto ni perezoso, el alcalde en persona guió al grupo de gaditanos que a las doce de la mañana acudió al Palacio de Recaño para conocer sus entrañas, su potencialidad museística. Pero no estuvieron solos. Porque desde que se abrieron las puertas de esta jornada especial hubo quien casi se engollipa comiéndose aperreao los churros de la Guapa para coger sitio en las puertas del futuro museo. El Ayuntamiento aseguró que el goteo de personas que visitaron el palacio fue constante. En total aseguran que pudieron ser entre tres y cuatro mil. A lo largo de todo el día claro.

Los sones de los Duros Antiguos resonaron en el edificio gracias al coro de Luis RiveroSelu García Cossío o Manolo Santander acuden a las jornadas de puertas abiertas

Algunos tuvieron la suerte de contar como cicerone del edificio con el propio José María González, que capitaneó el recorrido del mediodía. Por la tarde, sobre las cinco, fue su concejala de Fiestas, María Romay, la que, del mismo modo, con el mismo entusiasmo, enseñó a sus paisanos las estancias del edificio. Desde el auditorio, por donde fueron pasando varios grupos, como el citado coro de Luis Rivero o el romancero 'La niña maldita', de Claudia Barba, que, literalmente, lió el primer tacazo gordo en el Museo del Carnaval. Vamos que la niña fue más maldita que nunca y lo puso bocabajo. De todo ello pudieron disfrutar personas muy queridas de nuestra fiesta que se pasaron por allí, como Selu García Cossío o Manolo Santander padre, acompañado de su hijo, componente de la comparsa de Juan Carlos Aragón. También se pudo ver a los amigos del bar Los Pabellones, alguno de los cuales contuvo la emoción a duras penas cuando el alcalde le anunció que el Museo del Carnaval contará con un rincón denominado el Rincón de los Pabellones, donde se quiere reproducir el mítico bar de San Juan de Dios, con su sabor y sus fotos de agrupaciones antiguas, de Paco Alba a Martín, de Fletilla a los cuartetos del Peña.

Antes el museo era un sueño en un papel. Ahora ya puede tocarse con las manos.

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