La leyenda urbana pinta al estibador como una persona ruda, con fuerza, y de poca formación intelectual. "Es hora de que se sepa el perfil auténtico del portuario". Así se confesaba Francisco Parra, presidente del comité de empresa de Estigades, la sociedad que gestiona en el muelle de Cádiz la estiba y desestiba, la carga y descarga, de todo buque que entre por su bocana. "Llevo toda la vida escuchando eso de que un estibador gana al mes medio millón de pesetas. Y no es así. Ojalá". "La crisis nos afecta a todos", comenta Parra, que afirma que "ahí fuera se creen aún que cobramos, trabajemos o no trabajemos, y no es así". Francisco Parra cuenta que un expediente de regulación de empleo (ERE) sobrevuela en Estigades desde junio del año pasado. Esta situación, sumada a la crisis económica global y al anuncio de la que podría haber sido la nueva Ley de Puertos, habría puesto en peligro la supervivencia del histórico sector portuario.

En cuanto a la formación, Parra defiende que todos sus compañeros gozan de una formación continua "necesaria para el desarrollo de nuestras funciones porque no hay que olvidar que cualquiera no está dotado para ser estibador". Parra narra la dureza de sus empleos, agravada ahora por la crisis. Se pregunta que "¿qué trabajador está como nosotros disponible las 24 horas del día, de siete de la mañana a siete de la mañana?". En cuanto a la plantilla con la que cuentan en la actualidad, el presidente del comité de empresa de Estigades considera que, "tal y como están ahora mismo las cosas en el muelle de Cádiz, estamos medianamente bien", aunque rememora que llevan años sin convocarse oposiciones para acceder a este aún "ingrato" sector.