Crónicas del Doce

Lecciones del verano

  • La magnífica y completa programación municipal de ocio y cultura de este verano ya es un paso a seguir todo el año, como el plan director que se ha elaborado para la restauración de la Catedral

Dejando a un lado movimientos ciudadanos que sacan a la luz la verdadera idiosincrasia gaditana: la manifestación de varios miles de cadistas defendiendo la permanencia del Cádiz C.F. en la segunda división y los otros miles que no tuvieron empacho alguno (apoyados, eso sí, por naturales de otras localidades) de llenar de desperdicios la playa Victoria aprovechando la excusa de la noche de las barbacoas (el único día donde la legalidad medioambiental se cubre de carbón), el verano gaditano que inicia ya su cuesta abajo nos deja varias lecciones positivas que, en este tiempo durante el cual se debe perfilar la ciudad en la que queremos vivir durante las próximas décadas, convendría tener en cuenta.

Por una parte, un plan que no debería de pasar desapercibido: el que elabora el arquitecto Juan Jiménez Mata como eje director de la restauración de la Catedral. Lo adelantó Diario de Cádiz y en él se refleja los sentimientos de alguien que sabe su oficio, y mucho, pero sobre todo, de alguien que ama esta ciudad. Lejos del folclore casposo que tanto daño nos está haciendo desde hace décadas, Jiménez Mata ha planteado una actuación en uno de los grandes monumentos de la ciudad donde además del valor religioso se apuesta por el uso social y cultural del edificio. Es un proyecto imaginativo que deja claro que el autor sabe y ha viajado, y conoce cómo funcionan otras catedrales como imanes de la cultura y el turismo allí donde radican. Viajar y conocer lo de fuera es otro de los grandes déficit de los gaditanos, a pesar de que esta ciudad supo acoger a comerciantes y viajeros de todo el mundo. Creció con ellos pero, por lo que se ve, poco ha quedado de este contacto vital.

El plan director de la Catedral se debe convertir, también, en ejemplo de cómo se deben diseñar los usos futuros de un edificio de relevancia. Ahora que se debe poner sobre el mapa del Cádiz del futuro todo el recinto amurallado, los nuevos museos y la recuperación de antiguos palacetes, conviene apropiarse del documento de Jiménez Mata y aprender del mismo.

Por otra parte, el verano se cierra con dos rotundos éxitos de gestión por parte del gobierno municipal de Teófila Martínez.

Organizar tres conciertos en un castillo de San Sebastián sin rehabilitar era todo un riesgo y un claro órdago a quienes no habían visto la importancia histórico-cultural de este equipamiento. Ya Martínez había logrado el apoyo de la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, a la que le dio la lata y un paseo por el viejo castillo, a partir del cual los socialistas incrédulos vieron la luz y hueco incluso para meter su proyecto del Faro de las Libertades (aunque aún hay destacados dirigentes del PSOE gaditano que consideran que este centro constitucional debería de ubicarse en un edificio señorial del casco histórico).

Martínez se trajo a San Sebastián tres conciertos selectos. Llenó el castillo con miles de personas que disfrutaron de la música y de las vistas. No pasó nada. Bueno, sí: se demostró que la fortificación puede acoger eventos de calidad artística como ningún otro sitio de la ciudad.

Con la resaca de este éxito, el Ayuntamiento anunció el acuerdo con Imperial Tobbaco. Uno de los sueños de Teófila Martínez junto al castillo de San Sebastián.

Aquí va a tener que hilar fino el Ayuntamiento pues poner en uso este antiguo complejo industrial no va a ser sencillo y va a necesitar una importante cantidad de dinero si se quiere hacer bien. Y, sobre todo, va a necesitar una programación asentada más allá del 2012, que será lo difícil en un Ayuntamiento con recursos económicos tan limitados. Habrá que esperar la participación de otras administraciones públicas, con la confianza de que éstas apuesten más por la cultura que por el enfrentamiento político.

La programación cultural cerrada este verano por el Ayuntamiento debería de ser un buen comienzo. La calidad de los conciertos en San Sebastián y en la playa (para todos los gustos musicales), la selecta programación en Santa Catalina, la apuesta por el cine de verano en San Felipe Neri, el afianzamiento de las actividades de ocio en las playas y las exposiciones de prestigio han situado a Cádiz, con gran diferencia, como la ciudad de oferta más variada en toda la provincia e, incluso, entre buena parte de las capitales turísticas del país. No obstante se ha dejado notar una mayor inversión en esta materia por parte de la Junta y la Diputación (aquí se nota un claro retroceso en materia cultural respecto a la brillante etapa de Rafael Román) e incluso del Consorcio del 2012, que debería de estar cada vez más presente en la vida cultural de la ciudad.

El listón ha quedado alto. Ahora queda por demostrar que los esfuerzos no se han centrado en el verano. Llega el otoño y, en otros escenarios, el Ayuntamiento deberá dejar claro que lo de este verano no ha sido sólo un sueño.

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