Cádiz

La Iglesia en América, Asia y África

  • Su presencia en el Tercer Mundo, tema de la conferencia de la misionera idente Juana Sánchez-Gey

"Cuando visitas un país del tercer mundo es cuando compruebas la labor misionera de la Iglesia porque, además de llevar el Evangelio, los misioneros se preocupan de la salud y de la educación de sus habitantes", afirma la gaditana Juana Sánchez-Gey Venegas, misionera idente y profesora de Filosofía en el Departamento de Antropología Social y Pensamiento Filosófico Español de la Universidad Autónoma de Madrid, que a las ocho de esta tarde, en la sede del Ateneo de Cádiz, en la calle Ancha, pronuncia la conferencia Cooperación y misión de América y Asia, contando con África.

Recién llegada de Ecuador, donde ha participado en un retiro con medio centenar de jóvenes y profesionales, además de en diversos actos académicos en la Pontificio Universidad Católica, Juana Sánchez-Gey afirma que hay que decirle a los jóvenes que hacen falta profesionales voluntarios para esos países, "que hay mucho que hacer desde la fe, que tan poco se vive hoy, y que el apoyo de Dios es real".

Sánchez-Gey, reconocida investigadora en Filosofía española contemporánea, así como en Filosofía y Educación y Educación en Valores, pertenece al Instituto Id de Cristo Redentor, misioneras y misioneros identes, que supera los 15.000 miembros entre sacerdotes, personas consagradas y laicos, fundado en 1959 en Santa Cruz de Tenerife por el filósofo madrileño Fernando Rielo, fallecido en Nueva York el 6 de diciembre de 2004, a los 81 años.

La institución está presente en numerosos países de Europa, América, Asia y África, con un centenar de casas distribuidas en 25 naciones, donde colaboran con sus respectivas diócesis.

Sánchez-Gey destaca que, a punto cumplir el cincuentenario de su fundación, sus actividades son difundir el Evangelio, sin olvidar la salud y la educación, y a modo de ejemplos cita una casa de acogida y formación para 60 muchachas en Cochín (Kerala), al sur de la India; una ciudad del niño en La Paz (Bolivia), con 150 plazas, y otra en Abancay (Perú) con 75, además de dos centros para jóvenes en Camerún, donde acogen a 1.200, de ocho de la mañana a seis de la tarde, donde reciben formación y se les asegura al menos una comida al día, mientras que proyectan una Universidad en Chiquitania (Bolivia), para demostrar que además de atender las necesidades de orden espiritual, tratan de sacar a los demás de la ignorancia, de la miseria y de las enfermedades.

La institución se mantiene con los ingresos profesionales de sus miembros y con aportaciones voluntarias, entre las que cita el festival de fútbol infantil que cada año se celebra en Barbate, que en 2007 supuso 5.000 euros.

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