Lamentable el espectáculo ocurrido ayer en la plaza de toros de Cádiz. La novillada transcurría con normalidad hasta que en la lidia del sexto toro, un marinero de uno de los buques de guerra que están fondeados en la bahía se lanzó al ruedo. Fue retirado del ruedo por la autoridad y sus compañeros, en número considerable, se lanzaron a rescatarlo. La pelea fue formidable; piedras, tablas, golpes, empujones. Intervino la Guardia Civil y algunos marineros fueron llevados detenidos a la Capitanía del puerto. Mientras tanto a duras penas se logró restablecer el orden. Creemos que cuando los marineros de guerra acuden a los toros, deben hacerlo en formación y acompañados de las clases, como ocurre en las marinas de otros países.