frentes abiertos en la gestión de la ciudad

(De)pendientes de terceros

  • El alcalde insiste en reclamar a otras administraciones implicación a la hora de poder activar algún proyecto de inversión en la ciudad

  • La Junta de Andalucía, la principal señalada

El alcalde, José María González, durante una de las visitas que ha realizado en las últimas semanas al Palacio de Recaño, sede del Museo del Carnaval.

El alcalde, José María González, durante una de las visitas que ha realizado en las últimas semanas al Palacio de Recaño, sede del Museo del Carnaval. / julio gonzález

Un Ayuntamiento endeudado. Una política mal enfocada. Unos presupuestos prorrogados. Una crisis económica aún presente. Una herencia demasiado pesada. Sea por el motivo que sea, lo cierto es que en el período actual las inversiones y obras destacadas en la ciudad brillan al completo por su ausencia. Y en las últimas semanas, el Ayuntamiento ha venido haciendo hincapié en la necesidad de contar con otras administraciones para poder materializar algún proyecto.

El último ejemplo llegó el martes, cuando el alcalde sorprendió con unas declaraciones en las que se mostró confiado en contar con otras administraciones para poder sacar adelante el proyecto de construcción del nuevo Teatro Pemán. Desde 2012 espera este proyecto 100% municipal a ser culminado, para lo que ahora se interpela a terceros.

En los últimos días se han pedido fondos para el Vaporcito, San Sebastián o el Pemán

Ese mismo día, el Ayuntamiento reclamaba a la Junta de Andalucía nuevamente el millón de euros comprometido para el Museo del Carnaval. La inversión anunciada para el museo dedicado a Camarón en San Fernando (tres millones y medio de euros) servía al Consistorio gaditano para recordar el compromiso adquirido por la presidenta, Susana Díaz, en su visita de febrero a la Alcaldía. Rechazando el camino señalado por la administración andaluza de concurrir a una convocatoria de subvenciones para lograr esa ayuda autonómica.

A la Junta de Andalucía también miró el alcalde hace unos días cuando hizo 'resurgir' el debate en torno al futuro del Adriano III. Pidió González la implicación de la institución autonómica para lograr la restauración del Vaporcito y poder volver a ponerlo en uso, algo sobre lo que al día siguiente mostró las reticencias el consejero de Cultura, Miguel Ángel Vázquez.

Y recientemente también se respondía ante el estado de conservación del castillo de San Sebastián que era necesaria la implicación del Ministerio de Medio Ambiente para salvar la fortaleza, lo que requeriría "una inversión muy elevada que evidentemente el Ayuntamiento no puede acometer en solitario", reconoció el alcalde.

Todas estas peticiones pueden revelar un problema importante: que la ciudad está completamente a merced de otras administraciones, especialmente la autonómica, en cuanto a inversiones se refiere. No debe olvidarse que a los proyectos señalados por González en los últimos días se suman otros que de alguna manera determinarán también el futuro de la ciudad, como el carril bici o el tranvía, que dependen también de la administración autonómica. Frente a esto, conviene recordar la nulidad de este Ayuntamiento en la casilla de inversiones, como refleja la prórroga de los presupuestos.

De hecho, lo poco que se ha realizado en la ciudad responde por ejemplo a fondos del plan Invierte de la Diputación (que permitió la reurbanización de Rubio y Díaz o la que se está ejecutando en Santo Cristo). O se esperan de los fondos Edusi para los que incluso el equipo de gobierno ha llegado a solicitar al Estado un anticipo. Es decir, en definitiva, ante la ausencia de partidas destinadas a inversiones en el actual presupuesto (que es el mismo que el del pasado año, donde ya no hubo) tienen que ser administraciones terceras las que apuesten por la ciudad para sacar adelante proyectos, ya sean nuevos o pendientes de ejecución desde hace varios años.

Al margen de esto, también hay quien ve en estas reiteradas reclamaciones del Ayuntamiento a otras instituciones, especialmente la autonómica, una especie de estrategia política encaminada a poner en el punto de mira del ciudadano a la Junta de Andalucía (y con ello al PSOE), haciendo ver su escasa o nula colaboración con los proyectos de la ciudad. Algunas fuentes socialistas llegan a 'avisar' de este uso político de las reclamaciones que desde el Ayuntamiento van llegando en los últimos días a cuentagotas. Por pedir que no quede.

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