¡No sín Música' · último día del festival en el muelle

Coque, el trovador

  • Coque Malla dio un concierto insuperable y Depedro puso a bailar a un público entregado.

Vista de la actuación de Coque Malla, ayer tarde ante numeroso público.

Vista de la actuación de Coque Malla, ayer tarde ante numeroso público. / Almudena Torres

"Que ardan los que no quieran bailar", cantaba Coque Malla en su canción Todo el mundo arde, y eso pareció que pensaba el público durante toda la tarde, porque los que estaban desde primera hora no pararon de bailar y cantar. 10.000 asistentes se citaron ayer para la última jornada de festival, que no defraudó.

Comenzaron los sevillanos Full, un grupo de pop y rock alternativo que comienzan a tener cada vez más seguidores fieles y que con sus canciones Aullando, Misión y funeral o Atraco inauguraron la última tarde a la altura. Recuerdan a los grupos que están en lo más alto del indie nacional, pero son incluso mejores que algunos de ellos.

Con Jairo Zavala (o Depedro, su nombre artístico) el público demostró que, si habían aguantado hasta el último día, era porque ganas no les faltaban. El madrileño, con su mezcla de ritmos afrobeat, latinoamericanos, pop, rock y folk al más puro estilo americano (lo que oyen, y suena mejor que bien). Comenzó su directo con Como el viento y siguió con algunos de sus temas más conocidos (y coreados anoche), sobre todo Nubes de papel ("una canción que habla de romper límites, algo que siempre es necesario", dijo al público), y los dos momentos álgidos de su concierto: Llorona y Comanche.

Depedro es una de las referencias de la música fusión a nivel nacional, y a juzgar por todos los que tarareaban y bailaban sus canciones, cada vez más conocido. El músico armó una fiesta en apenas unos minutos (algo complicado porque todavía apretaba un poco el sol) que continúo durante todo el concierto; y hacia el final el público entero bailaba. Y es que era imposible no hacerlo porque él mismo es bailarín sobre el escenario.

La caída de la tarde la protagonizó Coque Malla con su canción de autor de corte más rockero. El mismo aspecto del chico que lideraba Los Ronaldos, la misma actitud sobre el escenario (una mezcla entre el músico experimentado y la ilusión del niño que acaba de empezar) pero con mucho más rodaje, y aires de trovador. Le acompañaban tres músicos más y siguió la estela de Depedro, al que invitó nada menos que en dos ocasiones a acompañarlo sobre el escenario, en hacer al público bailar en muchos de los temas, pero también demostró que el punto fuerte de Coque Malla en solitario son las baladas. El músico es un gran compositor de temas más lentos y ayer lo demostró especialmente en dos ocasiones: con Berlín, grabada con Leonor Watling para su disco Mujeres, y con Me dejó marchar. Uno de los grandes momentos de su directo fue durante el tema Cachorro de león, que forma parte de su último disco y que dedicó a su hermano.

Pero, como es inevitable en músicos con una carrera como la suya, se acordó de su etapa "ronaldera" y tocó dos de los éxitos del grupo: Guárdalo ("me vais a permitir que mire en el retrovisor del pasado", dijo antes de tocarla) y No puedo vivir sin ti.

No sólo en el escenario principal hubo grupos interesantes; en el Tricentenario Stage, la tarde empezó con Random Thinking, un dúo folk de San Fernando; luego vino Detergente Líquido, otro grupo gaditano que cada vez está despuntando más; y The Grooves, un grupo de rock compuesto por seis madrileñas, amenizó la espera hasta la llegada del gran momento de la noche: Lori Meyers.

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