Hubo un tiempo en el que la ciudad solo disponía de un puente para cruzar a Puerto Real e incorporarse, sin necesidad de rodear la Bahía por San Fernando, a la autopista que la conecta con el resto del mundo. Un tiempo muy cercano, de apenas dieciséis meses. Pero ayer volvió a vivir, a medias, esa limitación. El segundo puente sobre la Bahía cerraba al tráfico sus dos carriles en sentido salida de la ciudad, volviendo a centrar la marcha en coche a través del Carranza.

Un primer dispositivo en la rotonda de Bomberos avisaba a los conductores de la medida. Una pareja de policías locales, unos conos y una señal -muy mal colocada en un principio, que fue luego reubicada para que fuera visible por los conductores- avisaban del cierre del segundo puente al tráfico de salida de la ciudad, y ofrecían el plan específico para los vehículos pesados.

Hoy se repetirá el corte de tráfico para terminar de izar los carros de mantenimiento

Más adelante, al final de la avenida de Las Cortes, los dos carriles se reducían a uno, cortándose en la rotonda el paso en dirección al puente y obligando a los conductores a tomar hacia la Avenida de Huelva o hacia la de la Bahía.

El motivo de todo este dispositivo y de las restricciones del tráfico rodado era una última operación de calado en el segundo puente. En concreto, se trata de la maniobra de izado de unos carros que permitirán realizar el mantenimiento futuro de la infraestructura de manera más cómoda (y menos costosa) y que van colocados a lo ancho del tablero junto a las grandes pilas, en el tramo atirantado. Para ello, se necesitaban los dos carriles de cada extremo para colocar unas grúas de gran tamaño que pudieran izar esas piezas, de unas veinte toneladas de peso cada una, necesitándose también barcazas para el izado de dos de los carros.

Unas maniobras que se repetirán durante el día de hoy, cuando también estará cortado el tráfico en sentido salida de la ciudad en este nuevo puente, siendo desviado en su totalidad al Carranza.

Pese a esta incidencia, no pareció notarse en exceso en el tráfico de la ciudad. Salvo horas puntuales o momentos concretos, lo cierto es que la fluidez de la circulación tanto por la zona de Astilleros, como por la avenida Juan Carlos I o por la Avenida principal estaba bastante normalizada (teniendo en cuenta que el cierre se limitaba entre las ocho de la mañana y las siete de la tarde, aproximadamente), por lo que Cádiz sobrevivió sin grandes problemas al primer día con puente y medio. Hoy será la segunda experiencia.