A mediados de marzo les contábamos en primicia que una empresa gaditana, Rafael y Ramón SL (R&R), se había introducido con éxito en el sector de la museografía a nivel internacional, gracias a su trabajo para Acciona Producciones y Diseño (APD). Que en una de sus naves en la Zona Franca de Cádiz habían fabricado el 75% del mobiliario del Museo Judío y Centro de la Tolerancia de Moscú y elementos expositivos para el Museo Nacional del Sultanato de Omán y el Museo Boris Yeltsin de Ekaterimburgo. Y que su equipo, cien por cien gaditano, los habían montado in situ bajo las nieves rusas y el sofocante calor del Golfo Pérsico. También les adelantábamos que estaban trabajando en una gran estructura metálica para Expo Astaná 2017, dedicada al futuro de la energía, que actualmente se celebra en la capital de Kazajistán. Pero por motivos de confidencialidad no pudimos darles detalles del proyecto y mucho menos publicar planos o fotos de los trabajos de construcción.

Hoy sí que podemos contarles y mostrarles cómo es el imponente elemento museográfico y escenográfico hecho en Cádiz por manos gaditanas que preside una de las ocho plantas del pabellón nacional de Kazajistán, el principal de una exposición internacional que había visitado nada menos que más de un millón de personas el pasado 10 de julio, a sólo un mes de su apertura al público.

El rey Felipe VI presidió la inauguración del pabellón de España y, obviamente, visitó el del país anfitrión, el Nur Alem, símbolo arquitectónico de la Expo Astaná 2017 y la construcción esférica más grande del mundo, con 80 metros de diámetro y cien de altura. Por allí han pasado ya más de 300.000 visitantes. Pues bien, en una de las plantas del Nur Alem se encuentra la réplica a doble escala de un moderno reactor de fusión nuclear, el Tokamak, que han fabricado en el polígono exterior de la Zona Franca e instalado en Astaná bajo unas condiciones extremas de trabajo los especialistas de R&R. Corte, plegado, soldadura y montaje made in Cádiz en el núcleo del foro mundial de la energía, al menos hasta el 10 de septiembre.

"Se trata de una estructura metálica de diez metros de alto por diez de diámetro que hemos convertido en teatro, con una plataforma de vidrio templado donde actúan trapecistas y otros artistas y con un centro de interpretación en la planta baja provisto de una videowall en arco de más de veinte metros", cuenta orgulloso Luis Miguel Aragón, responsable de R&R.

"La construimos un equipo de 15 personas en un tiempo récord de tres meses en Cádiz y la montamos entre cinco en menos de dos en Astaná: llegamos a finales de marzo, con treinta grados bajo cero y la terminamos en mayo, con treinta sobre cero, conviviendo con equipos de trabajo de múltiples países, afanados en su labor por la premura del día de inauguración".

La réplica gaditana del Tokamak pesa 25 toneladas y precisó de entre 6.000 y 6.500 horas de trabajo. "El transporte y el montaje fueron como la seda, no hubo problemas de seguridad y todo llegó en su momento y encajó donde debía de encajar", asegura Luis Miguel.

"Este proyecto ha significado para nosotros una reafirmación y un relanzamiento en nuestra línea museográfica, ampliando nuestro curriculum en este sector", afirma. "Nos ha facilitado seis meses de trabajo, durante los que tuvimos que doblar la plantilla hasta llegar a 15 trabajadores. Pero más allá de la repercusión económica que pueda tener para nosotros, lo que más me satisface es que este tipo de proyectos, en general, tenga repercusión en la economía gaditana, que genere empleo que permita a la gente vivir mejor, invertir en lo que considere necesario y que eso, a su vez, repercuta en el resto de los sectores económicos de nuestra ciudad", dice el responsable de R&R.

Más allá del esfuerzo de la producción y del montaje, hay un duro trabajo previo en el cual intervienen muchas personas: el del estudio de los distintos planos y memorias para la realización de ofertas. "Nos movemos en un sector muy competitivo a nivel internacional en el cual existen empresas europeas con los mismos niveles de calidad y efectividad que nosotros, pero siempre estando mejor miradas que nosotros y eso es lo que entre todos deberíamos ir cambiando", explica Luis Miguel, gran defensor de hacer valer lo que sale de las factorías gaditanas. De hecho, en el proyecto también han colaborado los artesanos de Ras Escenografías.

"Con este proyecto, el más grande y complejo realizado en nuestras instalaciones a lo largo de nuestros 40 años de historia, estamos demostrando que en Cádiz se trabaja y se trabaja muy bien", dice. Actualmente R&R está inmerso en varios trabajos de interiorismo en Marruecos y como próximos objetivos se plantea posibles museos en la zona del Golfo Pérsico y varios proyectos en París.

La firma gaditana acaba de estrenar hace poco una nueva y atractiva página web donde puede verse una muestra de sus trabajos de mobiliario metálico museográfico, de interiorismo y de piezas para el sector aeronáutico.