patrimonio

Un Cádiz monumental que no funciona

  • Los monumentos levantados en los últimos años no convencen, y dotarlos de cierta 'vida' ha sido un fracaso

La antorcha de la Plaza de Sevilla, que lleva semanas averiada mostrando únicamente la letra D en la pantalla.

La antorcha de la Plaza de Sevilla, que lleva semanas averiada mostrando únicamente la letra D en la pantalla. / fito carreto

¿necesitaba una ciudad ya de por sí monumental como Cádiz el levantamiento de diferentes hitos como se ha venido produciendo en los últimos años? Este crecimiento ha venido seguido en muchos de los casos por una escasa aceptación de la ciudadanía, que no terminaba de encajar piezas que se 'colaban' en el entramado urbano como el pájaro-jaula, el candado o las Antorchas de la Libertad. Hasta tal punto, que el Ayuntamiento piensa ahora en retirar estos dos últimos monumentos (levantados en la Plaza de Sevilla y en la Plaza de la Hispanidad), cinco años después de haberse instalado y ante el descontento generalizado de la ciudadanía, que llegó a bautizarlos como "mamotretos".

Ciertamente, la política monumental en la ciudad no ha terminado de contentar a la ciudadanía, que difícilmente ha aprobado las nuevas incorporaciones. Y a eso se le suma la corriente mantenida también en estos años de dotar al monumento de cierta 'vida' más allá de su construcción, instalación e inauguración.

Ocurrió con el monumento a la Constitución de 1978 (el bautizado popularmente como pájaro-jaula) situado junto a la sede de Hacienda, al principio de la Avenida. Supuestamente el monumento incorporaba un sistema por el que una pequeña puerta se abría y cerraba cada vez que alguien enviara un mensaje de texto, con la consiguiente de una donación de parte del coste de ese mensaje a una acción social.

También ocurrió con el monumento de Las Cortes en la Plaza de España, al que el gobierno de Teófila Martínez incorporó un pebetero en 2006 que debería estar siempre encendido, simbolizando la llama de la libertad; después de varias averías y de constantes 'apagones', finalmente el Ayuntamiento de Podemos decidió al poco de llegar (en noviembre de 2015) dejarlo apagado salvo fechas puntuales -que luego no se han producido hasta ahora-, indicando que se ahorraban con este medida 13.000 euros anuales.

El último ejemplo ha llegado con estas Antorchas de las plazas de Sevilla y de la Hispanidad, que llevan semanas sin mostrar los mensajes que el arquitecto diseñó que irían mostrándose permanentemente en una pantalla LED por una avería que no ha sido reparada por el Consistorio y que resta, por tanto, parte del monumento en sí. Un fracaso en todos estos casos que remata un aumento de la ciudad monumental que en los últimos años no termina de funcionar.

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