Ara Cádiz ha muerto don José, con ceceo gaditano; el don José de Miguel, el guardacoches de la plaza de San Antonio; de Fernando, el Séneca encargado de su viña Cerro Nuevo; el don José que mejor podía expresar el andalucismo existencial de Pemán. José María Pemán encarnaba el sólo todas las esencias de Andalucía: el liberalismo luminoso y urbano de Cádiz; el estoicismo romano del campo andaluz, el amor a la belleza del mar fenicio gaditano; el escepticismo blanco de las encaladas paredes árabes de los pueblos de Andalucía. El teatro, la poesía, la oratoria, el artículo periodístico...., pero, sobre todo, el recuerdo del hombre. José María Pemán será siempre en el recuerdo, el hombre bueno de bondad profunda; el hombre de familia, patriarca de cuatro generaciones que le rodeaban en su lecho de muerte; el hombre de convicciones precisas y arraigadas: Dios, España, la Monarquía; el hombre de la lealtad insobornable a esas mismas convicciones. El insigne escritor fallecía a las dos de la tarde de ayer domingo en su casa gaditana de la plaza de San Antonio. Murió rodeado de sus nueve hijos, su hermano César y de sobrinos y nietos. A las cinco y media de la tarde quedó instalada la capilla ardiente ante la que no han cesado de pasar miles de gaditanos. Pemán está vestido con el hábito del Nazareno y con un crucifijo de la Buena Muerte, cumpliéndose así un deseo anteriormente expresado. Hoy en la parroquia de San Antonio tendrá lugar la misa de córpore insepulto. A continuación Pemán será enterrado en el cementerio de Cádiz.

Cuenta la Historia que Napoleón visitó en Waimar al, ya anciano, poeta Goethe; y después de oírle largamente en silencio, el emperador, sin hacer alabanza alguna a la extensa obra del poeta, se levantó de su silla y exclamó con sincera admiración: «Monsieur vous étes un homme». Por eso en la hora de su muerte, mejor que con cualquier recuerdo de su obra, a nosotros nos gustaría despedimos de José María Pemán de la misma forma: José María Pemán, tú fuiste un hombre.