Después de que la pasada semana el Ayuntamiento, la Autoridad Portuaria y la Consejería de Obras Públicas de la Junta se manifestaran públicamente acerca de la competencia y posible uso del edificio Ciudad del Mar, actualmente en estado de abandono, personas del mundo de la arquitectura, la empresa, la universidad, el turismo y la hostelería dan ideas para el edificio. La intención del Ayuntamiento, que desde 1992 tiene el edificio en concesión administrativa, es dar al establecimiento un uso hotelero y náutico incluyendo zonas de ocio. También propone la creación de un Centro de Alto Rendimiento (CAR). Por su parte, la Autoridad Portuaria apuesta por unas instalaciones de la APPA (Agencia Pública de Puertos de Andalucía), dependencias auxiliares del Real Club Náutico de Cádiz, el departamento de Proyectos y Obras de la Autoridad Portuaria (actualmente en El Puerto de Santa María), un Centro de Control de Servicios de Salvamento Marítimo y dependencias de la Guardia Civil.

"Por su situación, lo más adecuado sería que su uso girara en torno a la náutica", estima Ramón Pico, decano del Colegio de Arquitectos de Cádiz. En este sentido, "una buena idea sería instalar un centro educativo de navegación y una pequeña residencia para profesores y alumnos que quieran venir a Cádiz a impartir o recibir cursos". También "presenta una oportunidad para duplicar la capacidad del centro náutico Elcano". Todo ello, "acompañado de zonas de ocio".

"Una buena inspiración sería el puerto de Barcelona", según Juan Jiménez Mata, arquitecto y redactor del primer PGOU de la capital. Recorriendo este lugar "se pueden obtener buenas ideas para Cádiz". Estima que el edificio Ciudad del Mar es "muy interesante, es de lo mejor que ha hecho el arquitecto Rafael Otero". El edificio "debería acoger instalaciones náuticas, para eso se construyó. Podría ser el gran club náutico de la ciudad acompañado de una zona de ocio y un espacio destinado a uso hotelero".

"Estoy un poco obsesionada con la idea de que Cádiz no sea un destino atractivo para navegantes", asegura María Luisa García Juárez, gerente del Consorcio para el Bicentenario de la Constitución de 1812. Es una actividad "que deja mucho dinero y el Ciudad del Mar podría ser el lugar idóneo teniendo en cuenta que está en una Bahía magnífica para navegar". En su opinión, el edificio debería cumplir una función en torno al mundo de la vela con comercios de material de veleros y ropa náutica acompañados de zonas de ocio. "Si se conjuga el mundo público y privado estoy segura de que varios organismos públicos se instalarían en la zona como, por ejemplo, Salvamento Marítimo". Para sacar adelante su propuesta "habría que mejorar el acceso, pues tal y como está ahora resulta desolador". Por ello, sería buena idea crear una línea de autobús desde Ciudad del Mar hasta Plaza de España. Si el lugar de atraque resulta cómodo será atractivo para los turistas".

Antonio de María, presidente de la patronal hostelera de la provincia de Cádiz (Horeca), tiene muy claro el uso que se debería dar al edificio. En la última planta abriría una gran discoteca de verano al aire libre, "desde ese lugar las vistas son espectaculares". En la segunda planta "pondría un restaurante y en la primera un auditorio para congresos y una sala de exposiciones. En uno de los laterales habilitaría una zona para un pequeño hostal y en los bajos abriría varias tiendas náuticas". Así "lo propuse ya en tiempos de Carlos Díaz, en aquel momento yo mismo convoqué a varios empresarios interesados en este proyecto, entre los que estaba El Faro y el grupo Alfonso, pero el Ayuntamiento nos dijo que por olvido el edificio no tenía alcantarillado y que cuando estuviera arreglado nos avisarían. Hasta hoy".

Para la Asociación de Empresarios Turísticos de Cádiz (AETC), el edificio Ciudad del Mar presenta "una buena oportunidad para acoger una escuela de Formación Profesional que imparta cursos para monitores de vela, buceo y otras actividades náuticas", asegura Teresa Reyes, vicepresidenta de la asociación. Una segunda opción "es hacer una Escuela Náutica, pues quienes residen en el casco antiguo tienen el Elcano demasiado lejos y pierden la oportunidad de optar a muchos cursos". Las dos alternativas que ofrecen los empresarios turísticos de Cádiz apuestan por la docencia, "es importante que los jóvenes vean que hay alternativas al botellón, una actividad que cada fin de semana concentra a muchos jóvenes precisamente en el paseo Pascual Pery. Aprovechar esta zona para que los jóvenes beban no es la mejor opción, pues dentro de unos años tendremos un montón de alcohólicos". Por el contrario, "hay que enseñar a los jóvenes que se debe llevar una vida sana y recuperar la cultura del deporte náutico".

"Aunque no se puede hacer un hotel, habría que buscar la fórmula para convertir el edificio Ciudad del Mar en una residencia náutica o universitaria para alumnos e investigadores de la Universidad de Cádiz (UCA)", propone Diego Sales, rector de la institución académica, "nos visitan muchos estudiosos de Ciencias Marinas". En cualquier caso, el inmueble debe ser un referente náutico-deportivo y la residencia podría estar especializada en Ciencia y Marina y organizar eventos y talleres náuticos". Sales asegura que "es imprescindible dar un uso al edificio para que el entorno cobre valor. Esta actuación sería el colofón para terminar de hacer la ciudad". De cara a la celebración del Bicentenario de la Constitución de 1812 "es muy importante que se encuentre una solución, es un buen pretexto para buscar el consenso entre administraciones".

"Al margen de quién tenga la competencia sobre el edificio, es una barbaridad que esté abandonado desde hace 16 años", asegura Ana Alonso, presidenta de la Asociación de Mujeres Empresarias. Propone para el Ciudad del Mar "una escuela de negocios relacionada con las actividades marinas, pues en torno al mar hay mucha actividad y en los últimos años están creciendo las iniciativas empresariales de cara al turismo". También propone un archivo del Mar "orientado a investigadores de ciencias marinas que incluya talleres escuela sobre maquetas de veleros". Otra opción es "un hotel o un museo del mar", asegura Ana Alonso.