El presidente de la Autoridad Portuaria, Rafael Barra, se ha unido a la plataforma ciudadana que se ha mostrado contraria al derribo de la actual sede de la Aduana, ubicada en la plaza de Sevilla, tal y como está previsto en el plan de reordenación de este suelo.

La localización de la Aduana, edificio construido en la década de los cincuenta, tapa la fachada principal de la estación férrea de 1905, restaurada por Adif y el Ministerio de Fomento para convertirla en un centro comercial y acceso principal a la nueva terminal ferroviaria.

El proyecto de la plaza de Sevilla prevé su demolición para recuperar la fachada principal de la histórica terminal (en la que quedarían por reponer el reloj y un gran escudo), creando una zona ajardinada que quedaría unida al nuevo parque que iría paralelo a la muralla de las Cuestas de las Calesas.

Junto a la Aduana se proyecta también el derribo de la antigua Capitanía de Marina y la Casa del Mar. Se abriría así una gran plaza donde se situaría un monumento dedicado a la Constitución de 1812 y que se convertiría en una de las puertas al recinto portuaria, ya que en esta zona la APBC prevé levantar su nueva sede.

El diseño de esta zona ha sido consensuado por el Ayuntamiento, Adif y la Junta, que planteó una serie de cambios en la reordenación aunque manteniendo el plan de derribos. En este sentido, una portavoz de la Delegación Provincial de Obras Públicas indicó que este departamento no entra en el debate sobre el futuro de la Aduana: "Sí intervenimos en la legalidad urbanística, pero no en la ordenación".

Sin embargo, Rafael Barra, se desliga de la postura del PSOE, su partido, apoyando la continuidad de este edificio. Para él, según declaró a este diario, "es un absurdo tirar la Aduana simplemente por recuperar una fachada (la de la estación de 1905) que no sirve de nada, además del gasto de dinero público que ello supone".

El Plan Plaza de Sevilla dedica un amplio suelo, curiosamente en terrenos aportados por la propia Autoridad Portuaria, para la reubicación de oficinas públicas afectadas por esta operación y para nuevas dependencias de la Seguridad Social por lo que la Aduana apenas sí se movería unos metros de su actual ubicación frente a la estación histórica.