Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

Cádiz

El Cadimetro

  • La Semana Santa se reduce para algunos a discernir si cada cosa que pasa ante sus ojos es o no gaditana

El CADIMETRO

El CADIMETRO

Qué es de Cádiz y qué no lo es en la Semana Santa? ¿Se ha parado usted a pensar en eso cuando se pone delante de una cofradía? ¿No se plantea usted esas cuestiones mientras transita delante suya todo un río de capirotes, con decenas de insignias y varas, con pasos plagados de detalles, con imaginería principal y secundaria de calidad, con palios cargados de elementos bien distintos y de diversa factura, con composiciones musicales actuales y de siempre? Hay quien pierde la Semana Santa dudando de lo que es de Cádiz y lo que no lo es, y así pretende hacer ver su cofradierismo trasnochado que transcurre de Viernes de Dolores a Sábado Santo. No más, que antes está el Carnaval y después, lo que sea.

La Semana Santa y el mundo de las cofradías se ha reducido para algunos en ese discernimiento, trazando una raya imaginaria en las Puertas de Tierra (con la excepción de El Huerto, Borriquita y Despojado, de momento) y catalogando todo entre Cádiz y fuera de Cádiz (imagínese qué otra ciudad).

Así, si un paso viene andando con sus cuatro palos longitudinales, con hombres bajo cada palo portando el paso con sus hombros, con maniguetas ataviados con su correspondiente horquilla (hasta ahí podíamos llegar) al compás de la música pero al doble de rápido, eso no es de Cádiz. Para que sea de Cádiz, por lo visto, tiene que venir exactamente igual pero sin hacer caso a la música.

De los maniguetas ni hablamos. No se le vaya a ocurrir poner la mano libre de horquilla sobre la manigueta, porque eso al parecer -según algunos- es de Sevilla; la mano al cíngulo, como viene recogido en la constitución gaditana. Procure el capataz que no sobre mucho espacio entre el hombro y la manigueta, porque eso tampoco es de Cádiz. Y cuidado con la fuerza con la que golpea la horquilla, porque a partir de no se sabe bien cuántos decibelios (queda a criterio del que vea la procesión en cada momento) cualquiera puede increparle en la calle -"esas horquillas!"- o regalarle un mensaje en las redes sociales.

¿Quiere usted plantear una reforma del hábito de su hermandad? ¿Cree que los tejidos, la composición de colores o los símbolos de su túnica, cíngulo o antifaz son inapropiados? Pues tenga cuidado también en este campo, que cuando menos se lo espere también le puede saltar cualquiera y decirle que su propuesta es "sevillana".

Sevillana fue también "la modita de eliminar los farolitos acompañando a las insignias", según denunciaba un lumbreras en una publicación cofradiera; daba igual qué insignia fuera, y si el acompañamiento de luz era o no apropiado. El mero cambio ya no era de Cádiz.

Si se adelanta el horario del Perdón, es por influencia de Sevilla; si hay cofradías que se cambian de día, es por Sevilla; si se quiere invertir el sentido de la carrera oficial es para copiar a Sevilla. No es cuestión de gustos, ni hay diferencias de opiniones; la clave está en lo que es de Cádiz y lo que no.

Así podríamos seguir elaborando una extensa lista de supuestos y casos reales en donde la gaditanía se pone en duda. En la Semana Santa de Cádiz no vale si las cosas que ocurren gustan o no, todo se mide según sea o no de Cádiz. ¿Según qué criterios? Nadie ha acertado a explicarlo aún. Pero muchos hacen uso de esa división. No basta con decir que no gusta el doble paso, los maniguetas que van demasiado separados del palo o una túnica de cola; hay que arremeter asegurando que eso no es de Cádiz, sin más criterio histórico ni cultural del que la ciudad se ha dado en las dos o tres últimas décadas.

Desgraciadamente, esta práctica no se limita a los más desconocedores de este mundo de las cofradías (si es que aquí hay desconocedores, porque opinar opinan todos, hasta los que presumen de no querer saber nada de esto), sino que cualquier hermano mayor puede saltar en cualquier momento en las redes sociales preguntando "¿esto es Cádiz?" con alguna foto del paso de una cofradía.

Así acaba de pasar otra Semana Santa, dónde uno sigue sin enterarse qué es Cádiz y qué es de otro sitio. Y peor aún, la duda me corroe desde hace años: ¿Quién es el que establece lo que es de Cádiz y lo que no? ¿Quién reparte los carnés de gaditanismo? ¿Quién acepta como gaditano una levantá que deja el paso suspendido arriba para ir descendiendo poco a poco y 'condena' que un paso suba desde el suelo poco a poco? ¿Quién dice que es gaditano un paso corriendo por García Carrera, y que no lo es otro que viene detrás andando rápido al compás de la música?

Ha nacido el Cadimetro. No sabemos quién lo ha patentado, quién lo maneja y quién traslada los resultados. Pero la Semana Santa ha quedado reducida para algunos entre lo que es de Cádiz y lo que no. Y cualquier cosa, cualquiera, es sensible de no pasar la prueba del Cadimetro. Ojú.

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