El proyecto de la rotonda de acceso del segundo puente en Cádiz incluía una serie de actuaciones ciudadanas para aprovechar los terrenos que iban a quedar libres tras la urbanización. Así, como en su día vendió el Ayuntamiento del PP, se planteaba una zona ajardinada donde se pensaba instalar una sería de juegos para pequeños y jóvenes y también un espacio para la práctica deportiva para los más mayores.
Este proyecto quedó sustancialmente reducido cuando se decidió abrir una pequeña rotonda para facilitar la conexión con el carril del segundo puente destinado al paso del transporte público, y que en su día será utilizado por el tranvía metropolitano. Sin embargo, aún queda un espacio lo suficientemente amplio para urbanizarlo y ubicar en él equipamientos públicos y que, por el contrario, sigue abandonado tras tres años de funcionamiento del puente de la Constitución de 1812.
Junto a ello, tampoco se han arreglado los taludes que se formar en los laterales de esta nueva vía, hoy llenos de arbustos, ofreciendo una imagen de abandono en una de las puertas de entrada y salida de la ciudad. No hay ni una planta, ni flores, como tampoco las hay en el extremo de la rotonda que da a los primeros bloques de la barriada de La Paz, igualmente abandonada.
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